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Revistas Apachita
Apachita

En la cultura andina, la apachita es un sitio a la vera de un camino, generalmente de alta montaña, donde los viajeros depositaban una piedra en agradecimiento a los apus por una feliz travesía. “Apachita” es el boletín de divulgación arqueológica preparado por el Laboratorio de Arqueología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, con la participación de sus estudiantes. Cada boletín es un guijarro “intelectual” acopiado en pos de construir un edificio de sólida preparación académica para los futuros arqueólogos.
A pesar de su apariencia modesta, “Apachita” se ha difundido con rapidez, circulando en la comunidad universitaria de la PUCE, las instituciones culturales, medios de difusión, arqueólogos y público interesado. Ahora ponemos a disposición de los cibernautas el contenido de los números ya publicados, augurando que su recepción sea igual de entusiasta, como el empeño que ponemos en la preparación de cada boletín.

Editor: Ernesto Salazar



Los Manteños en Cerro Jaboncillo PDF Imprimir E-mail
Escrito por Ana María Morales   
Lunes, 19 de Noviembre de 2012 07:21

afirman que el señor de Manta tiene o tenía una piedra de esmeralda, de mucha grandeza y muy rica, la cual tuvieron y poseyeron sus antecesores por muy venerada y estimada y algunos días la ponían en público y la adoraban y reverenciaban como si estuviera en ella encerrada alguna deidad.” (Cieza de León, 1973:136)

Cuando Pedro Cieza de León (1973:129) habla de “las provincias de Puerto Viejo y la línea equinoccial”, describe a sus habitantes de mediano cuerpo y como poseedores de tierras muy fértiles, donde estarían cultivando maíz, yuca, “ajes” y “otras muchas maneras de raíces provechosas”; además de guabas, aguacates, “cerecillas”, naranjos y limas. Describe a animales parecidos a los puercos, a grandes patos domesticados y venados de rica carne, además de “tórtolas”, “palomas” y un ave más colorida, parecida al gallo, llamada “maca”. Además, Cieza de León y Benzoni describen a algunos habitantes que tenían verrugas en la frente, en las narices y en otras partes, contando además que algunos españoles también padecieron de este mal “del tamaño de una nuez” (Cieza de León, 1973:129, 130). En esta población, el cronista reconoce “dos maneras de gente”. Una de ellas tiene “labrados en el rostro”, aunque unos se labran más que otros. Las mujeres “andan labradas y vestidas ellas”, al igual que los hombres, con mantas y camisetas de algodón (Cieza de León, 1973:130), mientras que Benzoni (1989:313, 314), al hablar de la región de Manta, plantea que “estas gentes se pintan la cara y se horadan la nariz, las orejas y las mejillas, y cuando hacen sus fiestas se colocan joyas en los agujeros. En cuanto a la vestimenta, la mayoría llevan una camisa sin mangas; otros van desnudos y a veces se pintan todo el cuerpo de negro”. Así mismo, Pedro Cieza de León (1973:138) cuenta cómo Francisco Pacheco “se embarcó” en un pueblo llamado Picuaza y fundó Puerto Viejo en la fundó Puerto Viejo en la zona que encontró más adecuada, que para la época se la nombró villa en 1535. Cuando Benzoni (1989:310) habla de “la región de Puerto Viejo”, aparentemente los españoles ya estarían viviendo ahí y la provincia se estaría destruyendo.

 
Morituri te salutant: El Hombre y el Toro PDF Imprimir E-mail
Escrito por Ernesto Salazar   
Lunes, 19 de Noviembre de 2012 06:43

Un tema de moda que es viejísimo. Con decir que la historia de la relación entre el hombre y el toro tiene más de 10.000 años. Y digo del hombre explícitamente porque, en perspectiva histórica, con las mujeres, los toros apenas han tenido una vuelta de capote. En este lapso, o al menos desde el Neolítico hasta el presente, ha habido un sinfín de culturas y civilizaciones (sumerios, asirios, hititas, griegos, persas, romanos, etc.) que han tenido alguna variedad de culto al toro (cf. Flores Arroyuelo 2000, para una síntesos apretada del tema), cuya descripción omitiré por espacio, y por dar más énfasis a las celebraciones taurinas de carácter secular o cuasi-secular.

El antepasado del que derivan todos los toros domesticados es el auroch o uro, sea en su versión “occidental” (Bos primigenius primigenius) u “oriental” (Bos primigenius namadicus), de las que emergieron las dos especies principales conocidas: una sin giba (Bos taurus), que fue domesticada en el Creciente Fértil hace unos 8 000 años y se extendió a Occidente, y otra con giba (Bos indicus) que abarca básicamente a los cebúes de la India y Asia occidental, domesticados hace unos 7 000 años.

Última actualización el Viernes, 01 de Marzo de 2013 15:17
 
Los mayas y el fin del mundo: Historia de una profecía precolombina PDF Imprimir E-mail
Escrito por Florencio Delgado Espinoza   
Lunes, 19 de Noviembre de 2012 05:25

Jamás hablaron de destrucción de la tierra. Ellos hablaron de la terminación de eras que daban comienzo a otras. Las expectativas son grandes, ahora que al final del 2012 termina el ciclo mayor de 13 baktunes. La visión catastrófica de destrucción de la tierra en el 2012 ha generado miedo, debido principalmente a libros y películas sensacionalistas, cuyo único objetivo es obtener dinero. Estos medios mezclan algunas posibilidades, no aceptadas por la mayoría de científicos, con la fantasía de los autores (dos soles en el cielo, la conjunción tierra sol, dentro de la galaxia, el cambio de rotación del eje de la tierra, etc.)” (Ruiz Paredes 2010:9).

A pesar de que el mundo de los mayas ha sido bastante conocido y estudiado por la ciencias del pasado, en los últimos años el conocimiento sobre la existencia de esta civilización precolombina se ha popularizado y expandido mas allá de las aulas universitarias, de los arqueólogos, epígrafos y, en general, del mundo de la Academia. Actualmente, de los mayas se escucha hablar por doquier: en los empaquetados autobuses, en las largas colas de los bancos u oficinas públicas, en los pasillos de hospitales, en las charlas de cafés y sobre todo en el agitado mundo cibernético. Mensajes en las redes sociales, encuentros de purificación, espacios de adoración a los supuestos dioses, son el pan de cada día de aquellos creyentes en cualquier tipo de fenómeno apocalíptico sobre el fin de la humanidad. Otros, con lujo de tiempo para gastar, hasta construyen bunkers, preparándose para el final. Ante todo este fenómeno de histeria social cabe la pregunta ¿cuál es la razón de tanto alboroto? Si, por un lado, la popularización del conocimiento sobre los mayas nos alienta, como arqueólogos, por el otro, nos llama a la reflexión sobre las razones y forma de este proceso. Y la respuesta está contenida en la cita que abre este texto, es decir en una interpretación sobre una fecha que, dentro del sistema de calendarios mayas, señala al solsticio de diciembre como el final de 13 Baktun 4 Ahaw, que muchos lo han interpretado como el fin del mundo. Esta interpretación ha sido acogida sobre todo por el movimiento New Age y sensacionalizada por la prensa, desatando histeria colectiva en ciertas partes del mundo. En lo que continúa del texto, se hace un recuento de la historia de esta supuesta profecía maya.

Última actualización el Lunes, 19 de Noviembre de 2012 06:24
 
Experiencias de Palanda: La interacción social de los arqueólogos frente a la comunidad PDF Imprimir E-mail
Escrito por Francisco Valdez   
Viernes, 16 de Noviembre de 2012 13:38

En julio del 2009 la Subsecretaria de Patrimonio del Ministerio de Cultura convocó a varios investigadores ecuatorianistas a participar en una reunión donde se discutirían conceptos e ideas con el fin de contribuir a la elaboración de políticas de patrimonio orientadas al manejo de los sitios y contextos arqueológicos. Para ello se buscaron criterios y sugerencias fundamentadas en la investigación y en la gestión de los espacios arqueológicos. El resultado de la discusión constituiría una base para la construcción de un sistema nacional de manejo de sitios y contextos patrimoniales. En este contexto me permití emitir una serie de criterios, frutos de las experiencias en el trabajo que realizamos en la investigación arqueológica del yacimiento Santa Ana-La Florida, ubicado en el cantón Palanda, de Zamora Chinchipe. Es evidente que para tratar el tema hay que comenzar por comprender como la comunidad conceptualiza lo que es Patrimonio. Dicho de otra manera, la reflexión sobre el manejo de sitios patrimoniales debe comenzar haciéndose una serie de preguntas, que son en sí una línea de base para poder abordar de manera coherente el problema del manejo comunitario del patrimonio y sus expresiones naturales y culturales.

Última actualización el Viernes, 16 de Noviembre de 2012 13:50
 
De estrellas y monos en la cultura pasto PDF Imprimir E-mail
Escrito por Josefina Vásquez P.   
Viernes, 16 de Noviembre de 2012 09:39

Etnohistórica y arqueológicamente, los pastos fueron grupos étnicos con organización política de tipo cacical. Vivían en grandes poblados ubicados en el páramo, y en colonias menores localizadas en el valle del Chota y en el piedemonte occidental (Landázuri 1995, Echeverría y Uribe 1995). El territorio pasto abarca gran parte de los páramos del suroccidente de Colombia y el norte de Ecuador, básicamente entre el río Chota (ribera norte en Carchi) y el río Guáitara (Nariño). La antigüedad de su ocupación arqueológica oscila entre los 400 y 1600 d. C. Sabemos que, entre sumisiones y rebeliones temporales, los pastos resistieron a la conquista de los inkas, como lo hicieron otros cacicazgos norteños del Ecuador (Betanzos 1510?{2004}: 254-255); Cieza de León 1962 {1553}:121-123). Sin embargo, en la colonia española, los pueblos pastos fueron devastados por la esclavitud en las haciendas y en las minas y por el repudio racial por parte de los conquistadores. Hoy, sus descendientes persisten en poblar los resguardos de Nariño y tienen influencia política a nivel nacional (Rappaport 1998, 2005).

Última actualización el Viernes, 16 de Noviembre de 2012 13:38
 
¡Bienvenida Apachita! PDF Imprimir E-mail
Escrito por Ernesto Salazar   
Viernes, 16 de Noviembre de 2012 09:36

La Apachita, nació en la Escuela de Antropología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, allá por el 2004, en base al contagioso entusiasmo que los profesores de ese entonces, Ernesto Salazar y Josefina Vásquez, pudieron traspasar a sus estudiantes. Este proyecto surgió como un espacio para que los estudiantes y los profesores presenten artículos cortos y otra información fuera del formato de las publicaciones científico-académicas. Contrario a la historia de las publicaciones en el Ecuador, hoy la Apachita está en el número 19, gracias al entusiasmo de su editor Ernesto Salazar. Josefina Vásquez se trasladó a la USFQ, y ahora, luego de la jubilación de Ernesto en la PUCE, se vuelven a juntar en el Centro de Investigaciones Socioculturales (CIS) de la USFQ. La Apachita continúa, ya tiene muchas piedras, ya se la ve como un montículo lleno de ideas y proyectos, siguiendo con la idea original de ser el instrumento para la publicación sobre todo de parte de los estudiantes de arqueología del Ecuador.

Quienes conformamos el Centro de Investigaciones Socioculturales damos la bienvenida a la Apachita, y esperamos que cada día ese montículo de piedritas siga creciendo.

Última actualización el Viernes, 16 de Noviembre de 2012 13:37
 
Editorial PDF Imprimir E-mail
Escrito por Ernesto Salazar   
Viernes, 16 de Noviembre de 2012 09:35

El editor se ha jubilado de su cátedra de la PUCE, y se ha mudado a su casa con todos sus tereques del oficio, entre ellos el Boletín Apachita. Modesta en su presentación, la Apachita, como comúnmente se la conoce, es un órgano de difusión arqueológica, elaborado por el Editor con la participación de estudiantes y de colegas arqueólogos. En la cultura andina, la apachita es un sitio a la vera de un camino, generalmente de alta montaña, donde los viajeros depositaban una piedra en agradecimiento a los apus por una feliz travesía. En este contexto, cada Boletín Apachita es una especie de guijarro “intelectual” acopiado en pos de construir un edificio de sólida preparación académica para los futuros arqueólogos. El editor aprecia la excelente disposición con la que el Centro de Investigaciones Socioculturales (CIS) de la USFQ nos ha recibido, esperando que la recepción de la Apachita sea igual de entusiasta como el empeño que ponemos en la elaboración de cada boletín.

Última actualización el Viernes, 16 de Noviembre de 2012 13:37
 
El Primer Informe Arqueológico del Ecuador PDF Imprimir E-mail
Escrito por Ernesto Salazar   
Lunes, 23 de Mayo de 2011 15:07

George A. Dorsey (1868-1931) fue un antropólogo educado en la Universidad de Harvard, donde se graduó con una disertación titulada “An archaeological study based on a personal exploration of over one hundred graves at the necropolis of Ancon, Peru”. Pronto se dedicó a la enseñanza de Antropología, y luego se unió al Field Museum of Natural History, del cual se volvió Curador. En tal condición organizó y tomó parte en varias expediciones a territorios de aborígenes estadounidenses del Oeste y el Suroeste, donde tuvo la oportunidad de conseguir colecciones etnográficas y arqueológicas, particularmente de las ruinas hopis. Fue además uno de los fundadores y primer secretario de la American Anthropological Association, y autor de varios libros sobre etnografía de indios estadounidenses. Sus intereses profesionales le llevaron a visitar numerosos países del mundo. Una de sus primeras misiones al extranjero fue la que realizó a Sudamérica (1891-1892), con el fin de adquirir materiales para la World’s Columbian Exposition, que Chicago organizaba para conmemorar el cuarto centenario del descubrimiento de América.

Última actualización el Lunes, 23 de Mayo de 2011 16:05
 
Sueño de una noche de invierno PDF Imprimir E-mail
Escrito por Ernesto Salazar   
Lunes, 23 de Mayo de 2011 13:28

Estaba sentado en mi estudio leyendo noticias en mi celular. Y allí me entero que la American Anthropological Association, la más preeminente sociedad científica del mundo antropológico, ha decidido remover de su sección de objetivos generales la palabra “ciencia”. O sea que la antropología, en vez de ser la “ciencia” que estudia la humanidad en todos sus aspectos, pasa a ser solamente promotora de la “comprensión pública” de la humanidad en todos sus aspectos. Otro leño más al fuego que, desde hace unos diez años o más, abrasa por igual al bando de los antropólogos “ortodoxos”, por decirlo de alguna manera, y al de los que propugnan una actitud más abierta ante los retos y “productos” de la multiculturalidad.

Última actualización el Lunes, 23 de Mayo de 2011 15:23
 
Circulando… PDF Imprimir E-mail
Escrito por Ernesto Salazar   
Lunes, 23 de Mayo de 2011 13:20

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Última actualización el Lunes, 23 de Mayo de 2011 15:23
 
Huesos en el patio trasero PDF Imprimir E-mail
Escrito por Angelika Franz   
Lunes, 23 de Mayo de 2011 13:13

En Alemania, algunos patios traseros contemporáneos han servido como sitios de horca hace cientos de años. Los alemanes se han topado siempre, accidentalmente, con esqueletos, pero ahora los arqueólogos los están buscando deliberadamente.

Kurt Bachmann y su hijo Uwe habían apenas comenzado a excavar cuando se toparon con algo duro. Se detuvieron a tiempo. Luego los dos continuaron excavando y se quedaron atónitos por lo que vieron. Había huesos bajo la turba, justo en el lugar donde planeaban poner los cimientos de su cabaña de verano en Hessisch Lichtenau, una ciudad de Alemania central. Se trataba de un esqueleto humano, extendido y con los brazos cuidadosamente cruzados sobre el torso. Lo extraño fue que su cabeza no estaba unida al cuello, sino que descansaba entre las rodillas del esqueleto.

 
Noticias Frescas PDF Imprimir E-mail
Escrito por Ernesto Salazar   
Lunes, 23 de Mayo de 2011 13:02

Zahi Hawass se va…

El poderoso Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Dr. Zahi Hawass, promovido a Ministro de Antigüedades poco antes de la caida del presidente Hosni Mubarack, ha decidido retirarse y no formar parte del nuevo gobierno. Hawass logró controlar todo el quehacer arqueológico en Egipto, desde quienes podían investigar en su país, hasta el control del tráfico de antigüedades, los importantes cambios requeridos en preservación de los sitios arqueológicos, la conservacion del vasto legado material faraónico, el manejo del turismo, y la cruzada por repatriar las antigüedades egipcias llevadas a otros países. Entre los numerosos reclamos, consta la devolucion de la Piedra de Rosetta (que dio la primera clave para el desciframiento de los jerogíficos egpcios), el busto de Nefertiti, el zodíaco de Dendera, y el obelisco del templo de Luxor (ahora en la Plaza de la Concordia de París). Puede bien decirse que Hawass ha hecho por la arqueología egipcia más que todos sus predecesores en los 150 años de funcionamiento de la Oficina de Antiguedades. No sin levantar por cierto fuerte oposición entre colegas y público en general por su forma de gestión, incluyendo su desbordada obsesión por la autopromoción de su figura (Kate Taylor, marzo 2011 nytimes.com).

Última actualización el Lunes, 23 de Mayo de 2011 15:17
 
Apuntes para una iconografía cañari PDF Imprimir E-mail
Escrito por José Luis Espinoza E.   
Lunes, 23 de Mayo de 2011 12:54

En la sala del Museo de Ingapirca se observan algunos objetos que no han sido estudiados, pero que poseen detalles iconográficos que vale la pena destacarlos. En esta breve nota, quisiera llamar la atención sobre ciertos detalles de algunas estatuillas humanas, conocidas como sonajeros, y de algunas esculturas antropomorfas de piedra que muestran sobre sus cabezas unas protuberancias cónicas que parecen evocar el singular tocado de los Cañaris. A su paso por la provincia de Tomebamba en 1547, Cieza de León (2005:131) los describió así: “traen los cabellos muy largos, y con ellos daban una vuelta a la cabeza, de tal manera que con ella y con una corona que se ponen redonda de palo tan delgado como aro de cedazo, se ven claramente, ser cañaris, porque para ser conocidos traen esta señal. Sus mujeres por el consiguiente se precian de traer cabellos largos, y dar otra vuelta con ellos en la cabeza, de tal manera que son tan conocidas como sus maridos”. En otro pasaje, el cronista agrega: “Estando yo en el Cuzco, entraban de muchas partes gentes, y por las señales conocíamos, que los unos eran canches, y los otros canas, y los otros collas, y otros huancas, y otros cañaris, y otros chachapoyas” (íd., 135). “Estos guardan las costumbres de sus padres y andaban al uso de sus tierras, y aunque hubiesen juntos cien mil hombres, fácilmente se conocían por señales que en la cabeza se ponían” (ídem, 242).

Última actualización el Lunes, 23 de Mayo de 2011 15:25
 
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