Escrito por Ernesto Salazar
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Lunes, 25 de Enero de 2010 11:05 |
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Bonnier, Elisabeth, 2007, Arquitectura precerámica en los Andes. La tradición Mito, IFEA, Lima
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Rostworowski, María, 2006, Pachacutec Inca Yupanqui, Obras Completas I, Instituto de Estudios Peruanos, Lima [Edición original, 1953].
Salomon, Frank, 2006, Los quipucamayos: el arte del khipu en una comunidad campesina moderna, IFEA, Lima.
Sotomayor Tribin, Hugo A., y Zoilo Cuéllar-Montoya, 2007, Aproximaciones a la paleopatología en América Latina, Convenio Andrés Bello, Bogotá.
Urton, Gary, 2004, Historia de un mito. Pacariqtambo y el origen de los incas. Editorial Bartolomé de las Casas, Cusco.
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Varios autores, 2007, Actas del Primer Simposio Nacional de Arte Rupestre, IFEA, Lima.
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Última actualización el Lunes, 25 de Enero de 2010 11:40 |
Escrito por Ernesto Salazar
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Lunes, 25 de Enero de 2010 10:38 |
Chocolate precolombino
Hay debate sobre cuantas especies de cacao (Theobroma spp.) existen en el mundo, pero las más reconocidas son la variedad llamada criolla de América Central, y la forastera de la parte septentrional de la cuenca amazónica, más concretamente de las selvas de Colombia y Ecuador. Una tercera (la trinitaria) es híbrida de las dos. El uso del cacao en la Amazonia estuvo aparentemente restringido a la elaboración de una especie de chicha obtenida no de las pepas sino del fruto. Por ello, los mesoamericanos siguen teniendo el crédito por la domesticación de la planta (incluso, algunos especialistas opinan que la palabra cacao es de origen olmeca). Teobromina ha sido encontrada en un tecomate de Paso de la Amada (Chiapas), en un cuenco del sitio olmeca El Manati, Veracruz, datado entre 1650-1900 a. C. Otros sitios con evidencias de uso de cacao son Puerto Escondido, Honduras, 1150 a.C., y Colha, Belice, datado entre 1000-400 a. C. O sea que tenemos chocolate caliente desde hace 3500 años, por lo menos (K. Kris Hirst about.com octubre 29, 2008).
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Última actualización el Lunes, 25 de Enero de 2010 11:32 |
Escrito por Ernesto Salazar
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Lunes, 25 de Enero de 2010 10:32 |
Antonio Carrillo (1946-2009)
La comunidad arqueológica ecuatoriana está consternada por el inesperado deceso de nuestro colega Antonio Carrillo, arqueólogo, explorador y defensor inquebrantable del patrimonio cultural del país. Aunque en los últimos años he estado desconectado de sus actividades, no quiero pasar este momento de luto sin compartir con mis colegas un episodio ya bastante lejano, pero no menos revelador de la tenacidad con que Antonio abordaba la defensa de nuestro patrimonio arqueológico.
Fue en la década de 1990, en el gobierno del presidente Rodrigo Borja, cuando el Ministerio de Bienestar Social decidió elevar, por medio de un dique o embalse, el nivel de las aguas de la laguna de Culebrillas (provincia de Cañar), poniendo en severo riesgo la arquitectura monumental que se encuentra en sus inmediaciones, incluyendo el capacñan. El Ministro de Educación y el Director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) de ese entonces habían dado luz verde al proyecto que estaba auspiciado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) con sede en Roma. Pero los rumores de una fuerte resistencia al proyecto, en el INPC del Austro, habían llegado hasta Quito, y los arqueólogos decidimos conformar un frente nacional de defensa del complejo de Culebrillas. El alma de la resistencia se llamaba Antonio Carrillo, entonces arqueólogo del INPC del Austro. Con él hacíamos reuniones intelectuales, revisiones de leyes, hojas volantes, conferencias, artículos de periódico, visitas a comunidades, en fin “concientizaciones” del problema a cualquier nivel que fuéramos requeridos. Poco a poco, la prensa hablada y escrita y organismos diversos se hicieron eco de nuestra lucha; excepto los funcionarios del gobierno, que nos ignoraron olímpicamente.
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Última actualización el Lunes, 25 de Enero de 2010 11:06 |
Escrito por Ernesto Salazar
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Lunes, 25 de Enero de 2010 10:14 |
Dra. Julieta Gómez Otero (CONICET, Chubut, Argentina), Arqueología de la Patagonia: 12.000 años de historia (Sept. 16, 2009).
Prof. Avraham Ronen (Universidad de Haifa, Israel), Nueva evidencia arqueológica de la entrada de Israel en Canaan (Sept. 29, 2009).
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Última actualización el Lunes, 25 de Enero de 2010 10:21 |
Escrito por Iván Toscano
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Lunes, 25 de Enero de 2010 10:08 |
Es difícil determinar el papel que jugaron los astros en los pueblos del Ecuador preincaico. Por un lado, los estudios arqueoastronómicos que se han realizado no son numerosos y, por lo general, sus hipótesis carecen de solidez. Por otro lado, la memoria social que tiene el pueblo ecuatoriano, respecto de las culturas pasadas, se ve alienada por percepciones mezcladas. En el imaginario popular, prácticamente, no se reconoce una cultura local anterior a la de los incas. Y si se reconocen vestigios arqueológicos locales, la cultura de estos pueblos precolombinos no se la ve diferente de la cultura inca. Por ello, el discurso que ve a los incas como adoradores de los astros cuadra perfectamente para la cosmovisión de muchos pueblos preincas del Ecuador. En conjunto, estos planteamientos equívocos han conformado un ámbito pseudo-científico cada vez más pujante, que deja los logros de la arqueología científica en posición muy secundaria ante un público ávido de sensacionalismo. En el presente trabajo se tratará brevemente sobre los sitios monumentales que han llamado la atención turística en los últimos años y que, en su mayoría, han sido puestos a debate por la arqueología “formal”. Los principales son Tulipe, Puntiachil, Catequilla y Cochasqui.
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Última actualización el Lunes, 25 de Enero de 2010 10:41 |
Escrito por Ernesto Salazar
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Lunes, 25 de Enero de 2010 09:26 |
Nota del Editor: El sacerdote Teodoro Wolf, enviado por la provincia jesuítica alemana a Quito, como Profesor de la Escuela Politécnica Nacional (1870-1874), tuvo inusitado éxito en su trabajo, tanto docente como profesional de geólogo, que despertó malévola envidia entre sus colegas de la Escuela. Al haber establecido una estrecha amistad con los geólogos alemanes Alfonso Stübel y Wilhelm Reiss, fue acusado de intimar demasiado con “protestantes”. Luego, al solicitar a la Escuela la respectiva licencia para realizar un viaje a las islas Galápagos, recibió demoras en el trámite y, finalmente, negativa rotunda para dicha empresa. Todas estas presiones, a las que habría que añadir una enfermedad y su difusión de la teoría darwinista, determinarían el abandono, por parte de Wolf, de la orden jesuita. En 1874, cuando A. Martínez asistía, como oyente, a un curso de Geología dictado por el sabio alemán, fue testigo del curioso incidente que reproducimos a continuación:
“Con el recuerdo de esas conferencias se liga otro muy curioso, pues ahora, tengo plena seguridad, fue el que definió exclusivamente el futuro del sabio maestro. Exponía los fundamentos de la doctrina darwiniana, jamás oída en el Ecuador, hasta ese entonces, cuando notó que en la puerta del salón había dos sacerdotes que no se atrevían a entrar: eran los Señores Canónigos, Dr. Leopoldo Freire y Dr. Nicolas Tobar, altas dignidades de la Iglesia Metropolitana. Parece que este acto impropio, para decir lo menos, de los señores Canónigos, exaltó la cólera y el mal humor de Wolf, a un grado indescriptible, cortó el hilo de la conferencia, y con voz airada exclamó: - “Señores, si ustedes vienen como discípulos, entren y no se queden afuera; o, si quieren discutir conmigo sobre las doctrinas científicas que expongo en estas conferencias, también estoy listo para ello, pero no aquí sino en mi cuarto que ustedes lo conocen muy bien”. Los señores Canónigos, sin contestar una palabra, se embozaron en sus amplios manteos, dieron media vuelta y se marcharon. Después se dijo, lo recuerdo muy bien, que habían llegado a oídos del excelente y bonísimo Arzobispo Checa, noticias de que el Profesor Wolf, en sus conferencias, dictaba doctrinas anticatólicas y disolventes. Para cerciorarse de la verdad, comisionó entonces a los dos señores Canónigos, que tan mal fueron recibidos por Wolf. ¿Cuál el resultado de este incidente? La conferencia aquella fue la última, y pocos meses después, Wolf abandonaba para siempre la Compañía de Jesús, ‘con el mismo placer que debe experimentar el presidiario, cuando sale de la prisión’ (palabras que oí del Maestro, algunos años más tarde, en Guayaquil)”.
Augusto N. Martínez, 1934, Sesenta años de recuerdos: el Doctor Teodoro Wolf, Anales de la Universidad Central 52(287):179-206.
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Última actualización el Lunes, 25 de Enero de 2010 11:41 |
Escrito por Ernesto Salazar
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Viernes, 22 de Enero de 2010 12:45 |
Down, Bromley, Kent, abril 6 de 1859
Mi estimado Sr. Wallace: Esta mañana, he recibido su agradable y amistosa nota del 30 de Noviembre. La primera parte de mi manuscrito está en manos de Murray [editor] para ver si a el le gustaría publicarla. No hay Prefacio, sólo una corta Introducción, que debe ser leída por todos los que lean mi libro. El segundo párrafo de la Introducción he sacado verbatim de mi borrador, y espero que usted notará que he tomado bien en cuenta sus artículos en Linnean Transactions. Usted debe recordar que ahora estoy publicando solamente un resumen, razón por la que no doy referencias. Por cierto, en “Distribución”, haré referencia a su artículo, y he añadido que conozco por correspondencia que la explicación de su ley es la misma que yo estoy ofreciendo. Está en lo correcto: llegué a la conclusión de que la selección era el principio del cambio, a partir del estudio de las especies domesticadas; y luego de leer a Malthus pude ver inmediatamente cómo aplicar este principio. La distribución geográfica y los relatos geográficos sobre habitantes extinguidos y recientes de Sudamérica me llevaron por primera vez a este tema. Especialmente el caso de las islas Galápagos.
Espero entrar en imprenta el mes próximo. Será un pequeño volumen de 500 páginas más o menos. Por cierto, le enviaré un ejemplar.
No recuerdo si le he contado que Hooker, el mejor botánico británico y talvez el mejor del mundo, es un convertido total, y muy pronto publicará su confesión de fe… Huxley ha cambiado y cree en la mutación de las especies: si es un convertido a lo nuestro, no lo sé aún. Mi vecino y excelente naturalista, J. Lubbock, es un converso entusiasta. Conozco, por las noticias de Natural History, que usted está realizando un gran trabajo en el Archipiélago; simpatizo de todo corazón con usted. Por amor de Dios, cuide su salud. Han habido muy pocos nobles trabajadores como usted en la causa de las ciencias naturales. Adiós, con mis mejores deseos. C. Darwin.
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Última actualización el Lunes, 25 de Enero de 2010 10:20 |
Escrito por Ernesto Salazar
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Jueves, 21 de Enero de 2010 09:16 |
“Los arqueólogos probablemente no se han dado cuenta de lo mucho que deben a los gusanos por la preservación de muchos objetos antiguos. Las monedas, los ornamentos de oro, los artefactos líticos, etc., si se los deja caer en la superficie del suelo, infaliblemente quedarán enterrados, en pocos años, por las oquedades dejadas por los gusanos, y así preservados con seguridad, hasta que en algún tiempo futuro, la tierra sea revuelta”.
Charles Darwin, 1881, The formation of vegetable mould, through the action of worms, p. 178, John Murray, editor, Londres. Para una discusión del tema, cf. Christopher Evans, 2008, Small agencies and great consequences: Darwin’s archaeology, Antiquity 83:475-488.
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Última actualización el Jueves, 21 de Enero de 2010 09:29 |
Escrito por Ernesto Salazar
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Jueves, 21 de Enero de 2010 07:01 |
En el presente año se conmemoran dos aniversarios darwinianos, el segundo centenario del nacimiento del sabio y los 150 años de la publicación de su obra El origen de las especies. De familia acomodada, Charles Darwin (1809-1882) inició sus estudios universitarios en la Universidad de Edinburgh, con el fin de graduarse de médico, la profesión de su padre. Dos años de estudio le fueron suficientes para darse cuenta que no era ese su destino. Su padre entonces lo instigó a que se formara como clérigo y le envió a Cambridge, de donde salió convertido en clérigo de irrestricta adhesión a la Biblia (aunque no ordenado), y en ávido naturalista, gracias a las amistades que forjara allí con varios naturalistas, entre los cuales cabe señalar sus dos mentores más importantes, J. S. Henslow, profesor de botánica, y Adam Sedwick, profesor de geología. De hecho, fue Henslow quien consiguió para Charles un puesto en el Beagle, barco de su majestad a punto de zarpar en una jornada alrededor del mundo. Fue así como Charles Darwin, 23 años, graduado en teología y estudios clásicos, acabaría abordando el barco como “naturalista”. Esta situación algo anormal se volvió factible porque Charles ofreció subsidiar su subsistencia durante la travesía.
El viaje del Beagle (1831-1836), al mando del Capitán Fitzroy, cubrió buena parte de las costas de Sudamérica, incluyendo las islas Galápagos (5 semanas de estadía en ellas), y otras del Pacífico, Nueva Zelandia, Australia, la Isla Mauricio, etc. cuyas experiencias fueron publicadas por Darwin en su libro Journal of Researches (1839), uno de los mejores libros de viaje que se conocen, y que fue divulgado en español como Viaje de un naturalista alrededor del mundo. Nadie en Inglaterra, ni el mismo naturalista en su barco, avizoraron el tremendo impacto que causaría este viaje, no sólo en el campo de la Historia Natural sino en el pensamiento mismo de Occidente. Darwin lo anotaba todo: color de plantas y animales, comportamiento, similitudes de huesos de especies desaparecidas con los huesos de las actuales, formaciones geológicas, volcanes, organismos que variaban de región en región o de isla en isla, los caparazones de las tortugas, los picos de los pinzones, etc. El Charles Darwin que regresó a Inglaterra en 1836 no sería ya más el mismo que abandonó sus costas confuso aún acerca de su futuro.
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Última actualización el Viernes, 22 de Enero de 2010 12:24 |
Escrito por Ernesto Salazar
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Viernes, 12 de Diciembre de 2008 09:41 |
En “Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal”, hay una escena en que Indy irrumpe en una moto a través de la biblioteca de su Universidad, y al verles a sus estudiantes concentrados en los libros, sale por una ventana gritándoles que los dejen porque la verdadera arqueología está en el campo. Sensata sugerencia para un trabajo, no tan lleno de aventura peligrosa, pero igual de rico en satisfacciones personales, que le espera al estudiante de arqueología. El Laboratorio de Arqueología se ocupa todos los años de que los estudiantes puedan hacer trabajo de campo con los especialistas que realizan proyectos arqueológicos en Ecuador. Y el verano pasado estuvo lleno de oportunidades.
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Última actualización el Jueves, 27 de Agosto de 2009 12:36 |
Escrito por Mauricio Galindo Castro
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Viernes, 12 de Diciembre de 2008 09:39 |
El fraile dominico español Fernando Montesinos, arzobispo de Potosí y cronista de Indias, nos relata en sus “Memorias Antiguas Historiales del Perú” la historia de la princesa cayambi Quilago, Señora de Cochasqui. Según el clérigo, después de la difícil pero victoriosa campaña inca al sur y centro de la Sierra del Chinchaysuyo, iniciada por Túpac Yupanqui en 1450, le corresponde a su hijo y sucesor Huaina Cápac la parte más dura de la guerra, o sea la conquista de las fértiles tierras norteñas de los Cayambis, donde encuentra una tenaz y organizada resistencia de los poderosos y ricos señoríos de la región. Los guerreros cayambis, en alianza con sus vecinos caranquis y el apoyo de malchinguíes, cochasquíes, además de pastos y quillasingas del Norte, se encontraban preparados para la guerra.
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Última actualización el Jueves, 27 de Agosto de 2009 12:37 |
Escrito por Ernesto Salazar
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Viernes, 12 de Diciembre de 2008 09:28 |
En todos los países del mundo hay sitios arqueológicos de tamaño y contenido cultural muy diversos, desde sitios paleolíticos hasta ruinas monumentales, cuya magnificencia les ha valido ser declaradas patrimonio cultural de determinados países o, más aún, patrimonio cultural de la humanidad. Por otro lado, la diversidad cultural de los pueblos prehistóricos ha determinado la existencia de sitios arqueológicos que son exclusivos de ciertos países y regiones. Los dólmenes y otras construcciones megalíticas, por ejemplo, pueden ser admirados en los países atlánticos de Europa; las pirámides en Egipto, y los zigurats en Mesopotamia. En este contexto, qué sitios arqueológicos puede encontrar el estudioso o el aficionado a la arqueología en el Ecuador?
Hay campamentos de cazadores recolectores (i.e. El Inga, Pichincha) o de agricultores (i.e. Colimes de Balzar, Guayas), sin estructuras arquitectónicas, cuya extensión está marcada por la concentración de materiales líticos o de cerámica. Constituyen la mayoría de los sitios ecuatorianos, y se los encuentra generalmente en cuevas naturales, o en lugares abiertos. Ocasionalmente, pueden tener vestigios de alguna estructura de habitación, como el sitio de La Vega (Loja), o formando alguna aldea pequeña, como los casos de Real Alto (Guayas) o Cotocollao (Pichincha). Pueblos más grandes se encuentran en Manabí, destacándose por la presencia de cuadriláteros grandes de piedras (llamados localmente “corrales”), que señalan la ubicación de las paredes de las casas manteñas. La única cuasi-ciudad precolombina es Jocay, cuyos vestigios pudieron ser vistos a comienzos del siglo XX por Marshall Saville, en la zona de la actual ciudad de Manta. En la sierra norte del país, son comunes los vestigios de círculos de piedras que marcan la ubicación de los llamados bohíos de la cultura de los pastos y antecesores.
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Última actualización el Jueves, 27 de Agosto de 2009 12:38 |
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