La Cultura de San Agustin |
Escrito por Gabriela López |
Miércoles, 02 de Abril de 2008 19:57 |
La cultura colombiana de San Agustín ocupó los territorios ubicados alrededor del valle del Alto Magdalena y el Macizo Colombiano, al sur del país, entre los años 200 A.C. y 800 D.C, que es su época de mayor esplendor. Su territorio, extendido hasta la parte sur del Departamento de Huila, el este del Cauca y el norte de Caquetá, se caracteriza por la confluencia de variados paisajes con diferentes condiciones climáticas y, por ende, múltiples recursos naturales. La región fue descubierta en 1537 por el español Francisco García de Tovar, causando admiración y sorpresa entre los conquistadores, que creyeron haber encontrado otro México, por la abundancia de vestigios monumentales que encontraban por doquier.
La lista de viajeros y estudiosos de la cultura de San Agustín es muy larga, contándose entre ellos Fray Juan de Santa Gertrudis, Francisco José de Caldas, Agustín Codazzi, José María Gutiérrez de Alba, Karl Theodor Stöpel, Konrad Theodor Preuss, Francisco Lunardi, José Pérez de Barradas, Guillermo Hernández de Alba, Luis Duque Gómez, Gerardo y Alicia Reichel-Dolmatoff, Julio César Cubillos, Alvaro Chávez, Mauricio Puertas, Héctor Llanos, y varios arqueólogos asociados con la Universidad de Pittsburgh. La información obtenida, a veces contradictoria, va desde observaciones de paso sobre el terreno hasta excavaciones arqueológicas sistemáticas. Visiones de conjunto pueden obtenerse de San Agustín, a Culture of Colombia (Gerardo Reichel-Dolmatoff, 1972, Praeger, New York) y de Los chamanes y los jaguares de San Agustín. Génesis de un pensamiento mitopoético (Héctor Llanos Vargas, 1990, Cuatro y Cía., Bogotá). Las principales características de la cultura material de San Agustín son montículos, sitios aterrazados, tumbas megalíticas y esculturas líticas. Reichel-Dolmatoff ha establecido para la época clásica de San Agustín, dos complejos cerámicos: Horqueta Primavera (200 a.C.-0 a. C.) e Isnos (0-400 d. C.). Las ocupaciones posteriores corresponden a las de los caciques Yalcones y acaso la cultura Santana. La metalurgia estuvo también desarrollada en orfebrería de gran calidad como pectorales, brazaletes, diademas, narigueras, etc.
Mucha información cultural proviene de la iconografía de las estatuas de piedra. Preuss (1974) sugiere que San Agustín debió estar contituido por una población más o menos densa capaz de proveer la fuerza necesaria para remover y tallar las piedras de sus monumentos. Las figuras, con mazas largas en sus manos, o con instrumentos que sirvieron para tallar las estatuas (martillos, cinceles largos) nos dan imágenes de artesanía y de actividades de caza, pesca y también agricultura, desarrollada en torno al cultivo de maíz. La vestimenta de ciertas figuras sugiere que las mujeres llevaban una falda corta, sostenida por un cinturón. Usaban, además, adornos en ciertas partes de su cuerpo, como en las orejas, y ciertos individuos llevaban collares que pudieron haber representado rangos de superioridad social. Muchas veces se representan figuras de guerreros con sus armaduras, y se sabe que utilizaron mazas, dardos y piedras para su lucha con otros pueblos. La arquitectura funeraria refleja el mundo mítico de esta población controlada por shamanes. Entre los sitios más reconocidos y admirados se encuentran la llanura de las Matanzas, Uyumbe, Moyas, Lavapatas. Las monumentales figuras de estos lugares son de seres que pertenecen a un mundo imaginativo y místico, constituyendo en conjunto una representación muy centrada en la forma de concebir el mundo y de adaptarse a su medio natural. Preuss (1974) habla del elemento religioso que aparece en cada una de las figuras, vislumbrado por los más mínimos detalles, como las diferentes formas de representar los ojos, las orejas, la nariz. Además es clara la fusión con imágenes de animales, entre los más importantes, búhos, águilas, monos, serpientes, sapos; aunque el jaguar es el animal que más atención ha concitado en los estudiosos de esta cultura. La representación de felinos es muy común, sobre todo en cuanto a la parte de la boca y los colmillos, como ha señalado Reichel-Dolmatoff. No queda duda de la majestuosidad de esta cultura, que ha dejado para nuestros tiempos la expresión más floreciente y significativa de sus cualidades, permitiéndonos conocer, no sólo parte de su vida material, sino también sus creencias y su ideología, su forma de ver el mundo. Hoy, San Agustín es uno de los parques arqueológicos emblemáticos de Colombia. Referencias: K. TH. Preuss, 1974, Arte Monumental Prehistórico, Dirección de Divulgación Cultural, Universidad Nacional, Bogotá. Gerardo Reichel-Dolmatoff, 1972, San Agustín, a Culture of Colombia, Praeger, New York; 1975, Estratigrafía Cerámica de San Agustín, Colombia, Biblioteca del Banco Popular, Bogotá. Luis Duque Gómez, y Julio Cubillos, Arqueología de San Agustín: Alto de los Idolos, montículos y tumbas (1979), La Estación (1981), Exploraciones y trabajos de reconstrucción de las Mesitas A y B (1983), Alto de Lavapatas (1988) todos publicados por la Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República, Bogotá. Héctor Llanos Vargas, 1990, Proceso Histórico de San Agustín en el Valle de Laboyos (Pitalito-Huila); 1995, Montículo funerario del Alto Betania (Isnos). Territorialidad y espacio de los muertos en la cultura de San Agustin, Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República, Bogotá; 1995, Los chamanes y los jaguares de San Agustín. Génesis de un pensamiento mitopoético, Cuatro y Cía., Bogotá. Leonardo Moreno, 1991, Arqueología de San Agustín: pautas de asentamiento agustinianas en el noroccidente de Saladoblanco (Huila); 1995, Arqueología de San Agustín: patrones de poblamiento prehispánico en Tarqui, Huila, Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Bogotá. José Pérez de Barradas, 1943, Arqueología Agustiniana, Ministerio de Educación, Bogotá. Gregorio Hernández de Alba, 1978, La cultura arqueológica de San Agustín, Carlos Valencia Editores, Bogotá. Julio César Arroyave, 1942, La Gran Cultura Protohistórica del Alto Magdalena, Medellín. Agustín Codazzi, 1863, Ruinas de San Agustín, Bogotá. Luis Rengifo, 1962, El águila monolítica de San Agustín, Bogotá. María Luisa Sotomayor y María Victoria Uribe, 1987, Estatuaria del Macizo Colombiano, Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá. |
Última actualización el Viernes, 12 de Febrero de 2010 06:04 |
Comentarios
San Agustin donde en los 70 y 80 los guaqueros hicieron fiesta destruyendo por culpa de los compradores inescrupulosos el pasado de una cultura mas relacionada con el mundo sobrenatural que con nuestra realidad salvaje.
En san agustin los guaqueros se perfeccionaron ya no se guaquea se hacen piezas mejores que las antiguas y se venden al mejor postor. se elaboran esculturas con visiones del pasado y se hacen trabajos en tumbaga mejores que las quimbayas y calimas.
bienvenidos compradores del pasado. Aqui los esperamos para venderles algo que no vale la pena
Hernan daza guia de turismo
sanagustinalternativogmail.com
SOY DEL HUILA Y HE IDO UN PAR DE VECES A SAN AGUSTIN. HACE UN TIEMPO QUE LEO UN POCO SOBRE SU ESTATUARIA Y ME ENCONTRE CON QUE ADEMÄS DEL ANTROPOLOGO PREUSS HAY UN PERSONAJE QUE REALIZO AL PARECER GRANDES APORTES Y ES JOSE PEREZ DE BARRADAS SOLO QUE NO HE HALLADO MAYOR INFORMACION SOBRE EL. ASI ES QUE RUEGO EL FAVOR A USTEDES ME ACLAREN LA DUDA DE EN QUE CONCLUYE EL APORTE FUNDAMENTAL DE ESTE AUTOR. MIL GRACIAS DE ANTEMANO POR SU PRONTA RESPUESTA.
HACE POCO ESTUVE EN SAN AGUSTIN Y ME VENDIERON UN REPLICA DE UNA VASIJA CERAMICA LLAMADA TUCA CUATRO CABEZAS. EN INTERNET NO HE ENCONTRADO INFORMACIÒN ACERCA DE ESTA CERÀMICA Y NECESITO SABER MAS A FONDO. ESTA VASIJA ES DE LA CULTURA AGUSTINIANA DEL HUILA.
ES URGENTE.
GRACIAS.
ATTE.
RUBEN ESCOBAR