Es interesante cómo a tan sólo una hora de la ciudad de Quito, podemos encontrar objetos antiguos de gran valor histórico, elaborados por las culturas indígenas que habitaron la zona noroccidental de la provincia de Pichincha, hace algunos cientos de años.
Unos meses antes de ingresar a la universidad, viajé a un pueblo llamado Las Tolas que pertenece al cantón de Tulipe y se encuentra localizado al noroccidente de la ciudad, tomando la vía de Calacali. Mientras departía con un amigo, pude observar que, en un terreno aledaño, un trabajador removía tierra con una pala y luego la escarbaba como si buscara algo. Al acercarme, pude a ver una especie de muñeca hecha de barro, de aproximadamente unos nueve o diez centímetros de largo, que el trabajador se la guardó en el bolsillo junto con otros objetos. Mi amigo me contaría luego que ese trabajador era un "huaquero", que al igual que otras personas de la zona, se ganaba la vida escarbando terrenos en busca de objetos cerámicos, como vasijas, jarros, muñecas, grandes tiestos y varios objetos más. Ese mismo día, después de unas horas, nos dirigimos al pueblo para comprar víveres. Caminando por las calles, me llamó mucho la atención un vehículo de buena marca, que al parecer era de algún consulado extranjero, ya que tenía placas especiales propias de este tipo de instituciones. El vehículo estaba estacionado frente a una casa pequeña de aspecto humilde. Minutos más tarde, salía de la casa un hombre de rasgos extranjeros, cargando una caja en sus brazos, y tras él el trabajador que había visto a mi llegada. Cuando me acerqué a la casa, pude constatar que en efecto allí se vendían antigüedades. Había muchas piezas, algunas de gran tamaño y otras en mal estado, de las que pude observar. En ese momento, se me acercó un niño, preguntándome si quería comprar algo de lo que había visto. Me contó, además, que los agricultores de la zona visitan periódicamente dicha casa, aportando objetos precolombinos recogidos en sus terrenos o en lugares sujetos a derrumbes en época de lluvias. El extranjero iba cada mes a la casa a comprar las mejores y más conservadas piezas. De pronto, la dueña de la casa, que al parecer había escuchado la conversación con el niño, que era su nieto, le hizo señas para que se callara y no divulgara el secreto de su negocio. Luego de esta experiencia, me he preguntado por qué las instituciones encargadas de preservar el patrimonio cultural dejan que extranjeros y coleccionistas se lleven valiosos objetos de nuestro país. Es urgente que se detenga el saqueo de nuestro patrimonio y se sancione a la gente involucrada en tráficos ilícitos.
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Comentarios
Déjenme saber dónde puedo contactarlos.
Liza Díaz L.
El Noroccidente de Pichincha está culturalmente asociado con el pueblo yumbo, de cronología relativamente reciente. Cuán reciente, depende del autor y de qué elementos culturales analiza. Según Ronald Lippi, las tolas que se encuentran por la vía de Calacalí hacia „adentro‰, son generalmente parecidas a las de los Caranquis, razón por la que se estima que pueden ser resultado de un movimiento migratorio serrano hacia el Noroccidente de Pichincha, o en su defecto, al menos expresión material de la difusión de una ideología político- religiosa de carácter serrano. Según los arqueólogos del FONSAL, el movimiento es al revés: los yumbos subiendo la cordillera hacia Imbabura, y difundiendo una tecnología arquitectónica de piramides, no conocida hasta ese entonces en la sierra (hablamos básicamente del período de Integración). El asunto puedes consultarlo en sus fuentes: Ronald Lippi, 1999, Una exploración arqueológica del Pichincha Occidental, Ecuador, Museo Jacinto Jijón y Caamaño, Quito. Holguer Jara Chávez, 2006,Tulipe y la cultura yumba. Arqueología comprensiva del subtrópico quiteño, FONSAL, Quito.
Saludos cordiales,
Rafael Cocios
Un saludo.