Los pucaráes son fortificaciones de corte militar, que se encuentran distribuidos a lo largo de toda la sierra andina. Se denominan también “churos”, por la presencia de fosos que circundan las cimas de los cerros, desde donde se obtiene amplia visibilidad del entorno para el control de los movimientos comerciales o de las tropas enemigas. El pucará de Quitoloma (parroquia de Cangahua), el más grande quizás de la Sierra norte, pertenece a un gran complejo de varias fortalezas, llamado Pambamarca. Las primeras noticias de este complejo provienen de la misión geodésica francesa, que entre 1735 y 1744, estableció en el Pambamarca uno de los puntos topográficos para la medición del arco de meridiano (de ahí, la denominación de Francés Urcu que tuvo este cerro por un tiempo).
Interesantes impresiones son recogidas en el segundo tomo de la “Relación histórica del viaje a la América meridional”, escrita por Jorge Juan y Antonio de Ulloa. Los oficiales españoles describen a los pucaraés como construcciones que están siempre en los copetes de los cerros y que están formadas por tres o cuatro zanjas (fosos), unas dentro de otras y algo distantes entre sí, las mismas que en su interior tienen una pequeña muralla construida con piedras que sirve para defenderse de los enemigos. Esta es una descripción muy acertada de las fortalezas que se encuentran en Pambamarca, ya que queda clara su forma de churo, como muestra el primer dibujo representativo de una de estas fortalezas que consta en el reporte de Juan y Ulloa. A finales de la década de los 60’s, este pucará despierta el interés del investigador alemán Udo Oberem, quien realiza la primera excavación científica del lugar, cuyos resultados están consignados en su artículo “La fortaleza de montaña de Quitoloma en la Sierra septentrional del Ecuador” (Boletín de la Academia Nacional de Historia, 1969). El material cerámico recuperado se encontró bastante erosionado, aunque con indicios de pintura roja de filiación inca, según Oberem, y algún material de cerámica local. El material lítico consta de piedras de honda y bolas, que confirmarían la utilización militar de este sitio. Posteriormente, Fernando Plaza Schuller realizó un inventario de fortalezas en la sierra norte del Ecuador. En Pambamarca, registró 17 fortalezas con sus respectivos planos, lo que ha ayudado a comprender el patrón de construcción de estos pucaráes y la dinámica de la conquista Inca en la sierra septentrional. Antonio Fresco también llevó a cabo una investigación de Quitoloma, cuyos resultados se desconocen, en razón de que el mencionado investigador no ha publicado nada al respecto. En los últimos cuatro años, el Dr. Samuel Conell de la Universidad de California (UCLA) ha venido desarrollando una investigación en las fortificaciones del complejo Pambamarca, en colaboración con Chad Gifford, profesor de la universidad de Columbia, y la participación de la escuela de campo de dicha universidad y de algunos estudiantes de la Escuela de Antropología de la PUCE, Quito. El objetivo del proyecto es identificar y establecer correlaciones entre todas las fortalezas de Pambamarca, a fin de recrear una historia cultural que realmente aporte al conocimiento de la Sierra norte y las dinámicas de desarrollo de esta área cultural. De manera particular, es importante también conocer el papel que cumplieron las fortalezas en una región de constante beligerancia, ante la presencia inca, primero, y la hispánica después. Cabe destacar en el Proyecto Arqueológico Pambamarca (P.A.P) el uso de sensores remotos, que son scanners de suelo que reciben ondas magnéticas o electrónicas, por medio de las cuales se pueden distinguir “anomalías” bajo la superficie, que sugieren al arqueólogo los lugares susceptibles de excavación. Este procedimiento es muy eficiente en la medida que ahorran al investigador la prospección con pruebas de pala. En la prueba piloto realizada en el Campana Pucara (también fortaleza del complejo Pambamarca) se distinguieron, por ejemplo, dos anomalías que, en un caso, reflejaron solamente la presencia de la roca madre, y en el otro la existencia de un muro de piedra, bajo la superficie. Las fortalezas de Pambamarca aún tienen una larga historia que contarnos. Esperamos que las investigaciones en curso aporten con la prueba arqueológica de la guerra andina y sus consecuencias en este rincón de la sierra ecuatoriana. |
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Si utiliza el programa GoogleEarth, puede descargar desde la página del proyecto (pambamarca.net/.../ el fichero de localización (.kmz). Quitoloma es el punto "Pil0".