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Revistas Apachita Apachita 3 La Arqueología como Espacio de Reflexión, Legitimación y Reivindicación Política de la Historia
La Arqueología como Espacio de Reflexión, Legitimación y Reivindicación Política de la Historia PDF Imprimir E-mail
Escrito por Johana Caterina Mantilla O.   
Sábado, 24 de Febrero de 2007 16:55

Casi de repente, y después del reconocimiento otorgado por la nueva constitución colombiana de 1991 a las comunidades negras o afrocolombianas como minorías étnicas, se hizo evidente la falta de un conocimiento más detallado de su historia por parte de la nación en general.

Dicho reconocimiento estatal se produjo después de que varios trabajos de investigación académica y el trabajo llevado a cabo, durante años, por diversas organizaciones afros en el país tuvieran eco en el interior de diferentes estamentos de la sociedad. Dentro del ámbito académico se cuentan los trabajos de Aquiles Escalante (1954; 1979), Roberto Arrázola (1986), Nina S. de Friedemann (1986; 1987), que abrieron las sendas del análisis del negro o afro en el país. Fueron ellos los primeros en hacer manifiesta la existencia de “un otro” invisibilizado a lo largo de la historia.

Es evidente, pues, que el análisis en torno a los descendientes de esclavizados africanos ha sido abordado principalmente desde la antropología social, la historia, la lingüística y la sociología. Sin embargo, en arqueología, dicho trabajo analítico ha sido escaso o casi nulo. Si bien se ha sugerido en varias ocasiones la necesidad de aproximarse a lo afro desde una perspectiva arqueológica, la falta de trabajo de campo ha impedido dar un paso más allá del ámbito teórico.
Frente al problema de lo afro-americano –los procesos sociales y diferentes momentos históricos vividos- en Colombia, la investigación arqueológica se encuentra en sus primeros momentos, por lo que las posibilidades y perspectivas de trabajo siguen siendo aún muy amplias. El camino entonces está en plena construcción, y su esclarecimiento requiere una aproximación al recorrido que la Arqueología como ciencia, ha hecho en el país, dando cuenta del panorama social, político y cultural en el cual se ha ido modelando.
Como el interés está dado hacia una población que llega con los europeos, es decir durante la época de la conquista, su estudio se encuentra sujeto al ámbito de la arqueología histórica. Este espacio analítico sigue siendo de relativa juventud en el país, si se le compara con los estudios realizados en torno a lo prehispánico. Y es que la evolución de la arqueología en Colombia, ha obedecido a diferentes momentos políticos, que han exigido de ella diversos análisis dentro de los cuales el elemento afro no ha sido tenido en cuenta.
Pero en este punto surge una duda. Si bien, las Ciencias Sociales son pensadas dentro de un marco de lo político, es decir, como una herramienta que no solo es influenciada por este aspecto, sino que a su vez lo influencia, la arqueología ha quedado, curiosamente, excluida de esta caracterización. Al contrario, se cree que esta goza de una neutralidad desde la cual “recapitula lo acontecido”, y lo reconstruye “sin pensar demasiado” en las implicaciones que trae el discurso en torno al pasado. Como ciencia que emplea herramientas numéricas en cantidad considerable, la arqueología pareciera estar “más cerca” de la objetividad anhelada por el pensamiento occidental; y así se cae en una falacia, donde los objetos materiales se convierten en el alimento de la ilusión objetiva. En este contexto, ¿se puede realmente recrear un pasado sin que esta reconstrucción tenga implicaciones en las poblaciones actuales?
Dejando a un lado los matices dados por el debate mismo que suscita el cuestionarse el proceso de construcción de una nación, acaso la acción misma de pensar un tiempo previo no le da al individuo o a una colectividad un punto desde donde autoreferenciarse? Y si a esto se le suma el poder de legitimación del pasado que tiene la arqueología en el público, al centrar su análisis en objetos tangibles, ¿cómo dejar a un lado el aspecto de lo político? Bien señala Cristóbal Gnecco, que “la exterioridad descansa en el universalismo y en la objetividad que la arqueología pretende poseer y en la consideración de un sentido funcional y único inherente en los objetos, ignorando su polisemia históricamente situada.”
Considero pues fundamental, desde el punto de vista arqueológico, abordar las poblaciones afroamericanas, no tanto en términos de una reconstrucción de los antiguos lugares de habitación de estos primeros cimarrones y/o criollos, cuanto generando un acercamiento, una problematización distinta a las dinámicas sociales y sistemas culturales que cobraron sentido en un contexto tan particular como lo fue el sistema esclavista español.
De esta manera, este breve escrito se convierte en una invitación y en un primer eslabón de muchos que permitan el fortalecimiento de los canales de comunicación al interior de las de las comunidades hoy en día constituidas tanto por sus directos descendientes como por el resto de los grupos sociales que conforman nuestras naciones americanas. Estamos entonces frente a un nuevo ámbito analítico, desde donde se pretende retar al olvido.

Última actualización el Martes, 17 de Abril de 2007 10:41
 

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