Culturas Precolombinas: Cahokia |
Escrito por Avelina Martínez |
Miércoles, 26 de Mayo de 2010 04:08 |
Grandes montículos se avistan a orillas del río Mississippi. Mientras sus numerosos habitantes realizan sus tareas diarias, en la plaza central se oyen varios dialectos. Hay gran movimiento en el río; en lo alto de los templos se observa el humo de las ceremonias; diversos productos llegan desde lejos a la imponente ciudad de los mississippianos; Cahokia está en todo su esplendor… Cahokia es el más grande centro mississippiano de montículos, ubicado cerca de la ciudad de St. Louis, al sudoeste del estado de Illinois, USA. Su situación geográfica no podría ser mejor, ya que se encuentra en American Bottom, pradera de la confluencia de tres grandes ríos, el Mississippi, el Missouri y el Illinois, considerada como la más fértil de los Estados Unidos. El nombre de Cahokia se aplica al sitio en homenaje a la tribu homónima, cuyos antepasados, al parecer, fueron los constructores de dichos montículos. Nombrado Patrimonio Cultural en 1982, Cahokia se impone con sus grandes construcciones y su poderoso pasado, siendo en su época el mayor centro urbano al norte de Mesoamérica. El sitio cubre una extensión de 13 Km2 y está constituido por al menos 100 montículos, con sus correspondientes rampas, escaleras, edificaciones en sus cimas, áreas residenciales y plazas. El principal monumento es sin duda Monks Mound (montículo del Monje), en cuyo derredor se extendían barrios de casas, plazas y monticulos más pequeños. Cahokia tiene una cronología que va aproximadamente de 700 d. C. a 1400 d. C., cuando fue abandonado. Se estima que, en su apogeo (1100 d. C.), tenía una población de más de 40 000 habitantes. El primer reporte sobre Cahokia le debemos a H. M. Brackenridge, quien visitó el sitio en 1811, donde pudo advertir que los montículos eran “semejantes a enormes pilas de heno esparcidas por la pradera” (English 1921:207). Eventualmente, los montículos fueron desapareciendo paulatinamente por obras de infraestructura, y no fue hasta la década de 1970 que comenzaron las investigaciones sistemáticas a cargo de una pléyade de arqueólogos, entre los cuales podemos citar a O’Brien, Peebles, Cobb, Emerson, Fowler, Milner, Mink, Pauketat, Peregrine, Trubitt, Young, entre otros. Cahokia es célebre por sus grandes montículos y, debido a la forma en que está distribuido, se deduce que su construcción fue planeada. Las casas se situaban alrededor de las diversas plazas y en fila, la mayoría fuera de la muralla que protege su centro; los sembríos estaban ubicados justo fuera de la ciudad. En Cahokia se pueden observar tres tipos distintos de montículos: cónicos, piramidales y plataformas (también llamadas pirámides truncadas). De éstas últimas se destaca Monks Mound, como el montículo artificial más grande de Norte América. Fue construido entre 900 y 1200 de nuestra era, cubriendo una superficie de 316 x 240 m. (6,4 hectáreas) y alcanzado una altura de 30.5 m. Las excavaciones han revelado que, en su cima, se alzaba un gran edificio de 30 m. de largo, por 14 m. de ancho; y 15 m. de altura, construido con madera de los bosques cercanos. Durante casi 300 años, su tamaño se fue incrementando, hasta constituirse en el único montículo que cuenta con cuatro terrazas. Según Collins y Chalfant (1993), este gigantesco montículo servía como instrumento político cuyo fin era la manipulación psicológica de las masas por su tamaño y espectacularidad. Los montículos cónicos y piramidales servían como tolas funerarias destinadas a los miembros de la élite y como puntos de referencia de sitios de importancia. En excavaciones realizadas en el montículo 72, los arqueólogos han encontrado 300 esqueletos humanos, principalmente mujeres jóvenes que habrían sido víctimas de sacrificio. En otra tumba se halló el cuerpo de un hombre recostado sobre una especie de sábana elaborada con 20.000 mullos de concha marina. Junto a él habían varios cuerpos de individuos enterrados en su honor, entre ellos cuatro cuerpos a los cuales les faltaba sus cabezas y manos. Otra estructura impresionante de Cahokia es la muralla defensiva (3.218 metros de largo, con torres de vigilancia cada 21 m.) que rodeaba la parte central del sitio. Los arqueólogos opinan que pudo haber sido una barrera defensiva o un límite de separación entre la élite y el resto de la gente. Detrás de la muralla existía un canal artificial que proveía de agua fresca y peces, y constituía a la vez una vía de transporte. Por otro lado, en el sitio de Woodhenge, se han encontrado diversos agujeros de poste dispuestos en forma circular, cuyos postes habrían servido como calendario solar. Las excavaciones realizadas en los agujeros han revelado restos de madera de cedro, árbol considerado sagrado. Estos “calendarios” fueron construidos a lo largo de 300 años y algunos fueron modificados aumentando su diámetro a través del tiempo. Estas construcciones demuestran la complejidad de la sociedad mississippiense. Desde el punto de vista político, se ha sugerido que Cahokia pudo haber constituido un estado, aunque la naturaleza de la estratificación social (2-3 niveles) es más concordante con la de los señoríos. En todo caso, no cabe duda que, económicamente, Cahokia fue un gran centro para el intercambio interregional. De hecho, su ubicación en la llanura aluvial de American Bottom es muy estratégica para el intercambio, por el acceso fácil a tres importantes vías de agua. Los productos y las materias primas venían simplemente de todas partes: obsidiana de las Montañas Rocosas, bronce del Lago Superior, conchas del Golfo de México, ocre, galena y hematita del actual estado de Missouri, mica de los Montes Apalaches, bauxita, arcilla refractaria y otros minerales de la región de Ozark. Los cahokianos manufacturaban sus herramientas con rocas como el pedernal, la arenisca y el granito, siendo el primero el material más común. También se utilizaba el hueso. El utillaje de Cahokia cuenta con cuchillos, taladros, mazos, hachas y puntas de proyectil, entre otros, pero es la azada la herramienta más representativa de los mississippianos. La cerámica también era abundante, gracias a la cercanía del río para la obtención de arcillas. Sus elementos decorativos son reflejos de la vida social mississippiense; hay motivos incisos, en negativo, y representaciones zoomorfas, particularmente del halcón. Otro material muy utilizado era la concha marina, tanto para la elaboración de herramientas, como para objetos de los ajuares funerarios, como mullos de mica y efigies de animales y personas con diferentes vestidos, peinados, tatuajes y pinturas corporales. En su división sexual del trabajo, los hombres se dedicaban a la confección de herramientas y a la caza, y por supuesto manejaban la política gubernamental y religiosa. Por otro lado, las mujeres llevaban a cabo las labores domésticas y el cuidado de la prole, la recolección de productos silvestres y el cultivo de los sembríos, el procesamiento de pieles y la producción cerámica. El clima era un fuerte determinante del ciclo productivo. En el invierno, las labores se centraban en la vida hogareña, con algo de caza-recolección, limitada a los bosques aledaños. En el verano, el tiempo era ocupado primordialmente en la construcción de edificios y montículos. En el otoño, la sociedad mississippiense se dedicaba a la reparación de las edificaciones y al abastecimiento de víveres, incluyendo carnes y pescado, para poder sobrellevar el invierno. Entre los productos que los cahokianos cultivaban cabe citar al maíz, del cual se producían algunas variedades. Además, se cultivaban calabazas, girasoles, diferentes tipos de nueces y moras, que estaban dentro de su dieta, al igual que los tubérculos. La caza consistía primordialmente de venados, no sólo apreciados por su carne, sino también por sus cuernos y cascos. Los cuernos eran usados por los cahokianos para la talla de puntas de proyectil y anzuelos, entre otras cosas. Los cascos se utilizaban como medicina y goma. De los huesos se hacían también agujas y utensilios para tejer prendas de vestir. Incluso se usaba el cerebro de animales para procesar las pieles. En el aspecto ceremonial, se piensa que su mundo estaba constituido por la dualidad de la luz y la oscuridad, el bien y el mal (el uno recompensado y el otro castigado), el orden y la anarquía, etc. El mundo constaba de tres niveles: el superior, el de la luz; el inferior, de la oscuridad y lo caótico; y el mundo de la vida cotidiana. Cada uno tenía su propia simbología; así, el águila y el halcón representaban el mundo superior; los sapos, peces, serpientes y lagartos el mundo inferior. El castor, el puma, el búho y otros animales tenían rasgos de los dos mundos. También las plantas tenían su simbolismo: el cedro era reverenciado por su dureza y resistencia, su color y su fragancia, características que representaban larga vida. Había la idea de la vida después de la muerte, lo que claramente se puede constatar en los diversos montículos piramidales en los cuales se enterraba a las personas con suntuoso ajuar funerario. Hacia 1400 d. C., Cahokia había sido ya abandonado, aunque no están muy claras las razones de este evento. Se ha especulado que pudo deberse a ciertos cambios climáticos que afectaron drásticamente la vida social; así como también a la deforestación y caza excesivas. Los estudios de huesos humanos hallados en el sitio han demostrado que los antiguos Cahokianos sufrían de malnutrición, debida a una dieta demasiado alta en carbohidratos y a temporadas en las cuales la comida escaseaba. Estos factores ocasionaban enfermedades como la anemia y problemas dentales, dando una alta tasa de mortalidad, sobre todo en los niños e infantes. También eran comunes enfermedades como la artritis, la sífilis endémica y la tuberculosis. El continuo contacto con gente de afuera incrementaba las posibilidades de adquirir nuevas enfermedades, situación empeorada por la gran densidad demográfica y las condiciones de salubridad. A pesar de ello, Cahokia logró crecer y desarrollarse en poco tiempo e imponerse a las otras culturas, tomando el control del comercio de gran parte del territorio norteamericano. Brackenridge, H. M., 1814, Views of Louisiana, together with a Journal of a voyage up the Missouri River in 1811, Pittsburgh, 1814. Cobb, Charles R., 2003, Mississippian chiefdoms: how complex? Annual Review of Anthropology 32:63-84. Emerson, Thomas, 1997, Cahokia and the archaeology of power, University of Alabama, Tuscaloosa. English, Thomas H., 1921, The Cahokia Indian mounds: a plea for their preservation, Geographical Review 11(2):207-211. Fowler, M. L., 1989, The Cahokian atlas, Springfield, Ill. Milner, G. R., 1990, The late prehistoric Cahokia cultural system of the Mississippi River valley: foundations, fluorescence, and fragmentation, Journal of World Prehistory 4:1-43. Id., 2004, The mound builders: ancient peoples of Eastern North America, Thames and Hudson, Londres. Mink, Claudia Gellman, 1922, Cahokia, city of the sun. Prehistoric urban center in the American Bottom, Cahokia Mounds Museum Society, Collinsville. Pauketat, Timothy, 1994, The ascent of chiefs: Cahokia and Missisippian politics in Native North America, University of Alabama, Tuscaloosa. Pauketat, Timothy R., Thomas Emerson, 1997, Cahokia, Domination and ideology in the Mississippian world, University of Nebraska Press, Lincoln. Peregrine, Peter, 1991, A graph-theoretic approach to the evolution of Cahokia, American Antiquity 56(1):66-75. Trubitt, Mary Beth, 2000, Mound building and prestige goods exchange: changing strategies in the Cahokia chiefdom, American Antiquity 65(4):669-690. Young, Biloine; Melvin L. Fowler, 2000, Cahokia: the great native American metropolis, University of Illinois, Urbana. |
Última actualización el Miércoles, 26 de Mayo de 2010 04:19 |