Tomebamba, Pumapungo, Hatun Cañar |
Escrito por José Luis Espinoza E. |
Miércoles, 26 de Mayo de 2010 03:50 |
Túpac Yupanqui conquistó el norte del Tahuantinsuyo fundando la provincia de Tomebamba, cuya jurisdicción era muy amplia, ya que abarcaba desde el Nudo del Azuay hasta Cajamarca. Al tiempo del nacimiento de Atahualpa, la provincia de Tomebamba se había reducido progresivamente, restringiéndose finalmente al área Cañari. Estudiosos locales de fines del siglo XIX y comienzos del XX trataron en vano de ubicar la supuesta “ciudad” de Tomebamba. En 1923, y luego de realizar extensas excavaciones, el arqueólogo alemán Max Uhle pudo informar a los intelectuales cuencanos que esta ciudad no se encontraba en Ingapirca ni en Cañaribamba, como algunos estudiosos pretendían, sino en lo que hoy es el área de Pumapungo, en la actual ciudad de Cuenca. Por cierto, mucho se ha escrito sobre la supuesta “ciudad inca” de Tomebamba, generalmente en elucubraciones “históricas” que pretenden decir la verdad o que son simplemente producto de la fantasía de sus autores. Este breve estudio, pretende probar que, en el incario, Tomebamba no era una ciudad, sino una provincia, en la cual estaban ubicados cuatro centros principales: Hatun Cañar, Pumapungo, Cañaribamba y Molleturo. La ciudadela Pumapungo no era un barrio de la supuesta “ciudad de Tomebamba” sino un centro inca per se, ubicado cerca de Cuenca. Por otro lado, el famoso templo del Sol, descrito por Cieza de León y otros cronistas, que se supone estaba en Pumapungo, no se encontraba allí, sino en Hatun Cañar, hoy parroquia de Ingapirca. Tradicionalmente la historiografía local atribuye casi todos los acontecimientos a la supuesta “ciudad de Tomebamba”. Sin embargo, las crónicas no permiten corroborar los hechos. Hoy, con base en estudios arqueológicos y documentos etnohistóricos, trataremos de hallar eventos claves focalizados en la provincia de Tomebamba. Además, una analítica lectura de las crónicas de Cieza de León y los Libros de Cabildos de Cuenca nos permite probar algunos sucesos que cambian el concepto tradicional que hasta hoy hemos tenido de Tomebamba, Pumapungo y Hatun Cañar. La provincia de Tomebamba. Hay referencias y argumentos que prueban la existencia de la provincia de Tomebamba, antes de la fundación de la ciudad de Cuenca. Pedro Cieza de León, el único cronista que pasó por Tomebamba (hacia 1547), manifiesta que “está todo repartido de aposentos y depósitos, que estaban hechos de a dos y tres y cuatro leguas, entre los cuales están dos principales, llamado el uno Cañaribamba y el otro Hatun Cañari, de donde tomaron los naturales el nombre, y su provincia, de llamarse los Cañares” (Cieza de León 2005, 127). Por lo tanto, no se refiere a ninguna “ciudad” de Tomebamba, que se supone habría sido un centro importante. Esta versión es una de las evidencias más contundentes, claras e irrefutables de que Tomebamba era una provincia. Por ello, causa extrañeza que nadie hasta hoy se haya referido a esta parte clave e importantísima en cualquier estudio de Tomebamba. El título del capítulo XLIV de la crónica de Cieza dice: “De la grandeza y los ricos palacios que había en los asientos de Tomebamba de la provincia de los cañares”. O sea, había varios “asientos”, pero nada que haya podido ser considerado como ciudad. El cronista inclusive ubica a Tomebamba en su ámbito geográfico, señalando: “Está á la parte del poniente dellos [de los cuatro asientos o aposentos de Tomebamba] la provincia de los Guancavilcas, que son términos de la ciudad de Gayaquile y Puerto Viejo, y al oriente el río grande del Marañón” (ídem., 129). Es obvio que se refiere al área de la provincia y no a una colosal ciudad. Cieza indica además: “Algunos indios quisieron decir, que la mayor parte de las piedras con que están hechos estos aposentos y templo del sol, las habían traído de la gran ciudad del Cuzco por mandado del rey Huaynacapa y del gran Topainga, su padre” (ídem, 129,130). Pese a la incredulidad del mismo Cieza y de muchos de nosotros, hoy es del todo verdad que los sillares efectivamente fueron traídos de Cuzco para la construcción de un palacio real o templo importante en la Tomebamba provincia, como acertada y complementariamente señalan Cieza en 1553, Cabello de Balboa en 1586, Murúa en 1615 y Guamán Poma en 1615. Estos sillares se encuentran en Los Piedros (Paquishapa, Saraguro), según las investigaciones realizadas por el arqueólogo Dennis Ogburn (2002). Es decir, los sillares sí llegaron a la provincia de Tomebamba, pero jamás a la supuesta “ciudad” homónima, como señala la historia tradicional. Análisis posteriores de los sillares incas dispersos en algunos edificios de Cuenca, recopilados en 2007 por Dennis Ogburn y el autor de este artículo, probaron que jamás llegaron a Pumapungo los cargamentos de sillares del Cuzco. En referencia a algunos centros importantes, Cieza dice que: “en estos” estaba el gobernador y capitán mayor del inga con los indios mitimaes (idem., 129). A este respecto cabe mencionar que los mitimaes se encontraban por toda la provincia de Tomebamba y no en los alrededores del centro principal de Pumapungo. En el sur, tenemos al grupo de los Saraguros; otro sin nombre en Cumbe (Lynn Hirschkind, comunicación personal, 2010), luego los Nultisapac en San Bartolomé de Arocsapa, los Sicchos cerca de Cuenca, Jatunpamba, Chuquipata y Cojitambo, Huairapungos por Ingapirca, y Pumallactas por Alausí. Al referirse a los Cañaris, Cieza manifiesta que “en este tiempo son ya cristianos los señores, y se llama (cuando yo pasé por Tomebamba) el principal de ellos don Fernando”, luego agrega complacido “que los templos destos indios se hayan derribado” (idem., 132). Cieza describe en su texto toda la provincia de Tomebamba. Sin duda, pasó también por la zona de la actual ciudad de Cuenca y posiblemente vio poco de la destruida Pumapungo. Don Fernando era probablemente el don Hernando Leopulla, cacique principal de Gualaceo, que fue convocado en 1557, para la fundación de Cuenca. El cambio de la F por la H, pudiera deberse a un error en la transcripción. En todo caso, para este evento, se convocó, en la llanura de Paucarbamba, a los caciques para que den su consentimiento; al sitio acudieron caciques “de la dicha provincia de Tomebamba” (Primer Libro de Cabildos de Cuenca). No asiste ningún cacique representante de la supuesta ciudad de Tomebamba. Una de las pruebas más tajantes, claras y contundentes de que Tomebamba era una provincia, se encuentra en la misma Acta de fundación de la ciudad de Cuenca. El libro Primero de Cabildos recalca en varias de sus partes que Cuenca se funda en la provincia, y expresamente señala que la fundación se la hace en el “asiento de Paucarbamba que es en la dicha provincia de Tomebamba”. Transición de la provincia de Tomebamba a la supuesta ciudad de Tomebamba. Todos los centros principales de la provincia fueron destruidos por Atahualpa y quedaron en ruinas. Cuenca, por ser la única ciudad importante fundada en la provincia de Tomebamba y por estar cerca de Pumapungo, fue, poco a poco, absorbiendo, nutriéndose y apropiándose del brillante pasado histórico de la provincia de Tomebamba, trasmitido por la tradición oral de sus habitantes. Es conocido que casi todas las provincias españolas han dado su nombre a sus capitales, y no sería extraño que los conquistadores del Ecuador hayan aplicado el mismo concepto en Tomebamba. Es probable que los primeros habitantes españoles de la región hayan creido que los “tambos reales” de Pumapungo eran el único centro inca que tuvo la provincia de Tomebamba; de ahí que habrán optado por llamarla “ciudad” con el mismo nombre de la provincia. Desde la fundación de Cuenca, en 1557, las nuevas autoridades, los cronistas, los visitantes y los historiadores han venido afirmando erradamente que Cuenca fue fundada sobre la antigua “ciudad de Tomebamba”. Los otros centros incas, destruidos, pasaron simplemente al olvido. Pumapungo, la segunda Cuzco. Pumapungo era el único centro importante inca ubicado en Paucarbamba, donde se fundó la ciudad de Cuenca. No era un barrio como tradicionalmente se ha creído, sino un verdadero centro religioso, político, y administrativo, con jurisdicción en todo el norte del Imperio Inca. Por su ubicación y descripción, es el centro que más se asemejaría al Cuzco, como se colige de la información proporcionada por Cabello Balboa, Garcilaso de la Vega y Martín de Murúa. En 1922, Jesús Arriaga propuso algunas toponimias y argumentos que intentaban demostrar que la supuesta “ciudad de Tomebamba”, era la segunda Cuzco; sin embargo, su propuesta ha perdido validez, considerando que, a lo largo del Imperio inca, se pueden encontrar toponimias similares. Sobre los argumentos, acerca de la ubicación de la “ciudad Tomebamba”, estos se encuentran alterados, son inexactos o poco confiables. En efecto, algunos topónimos pueden ser simplemente producto de asentamientos de mitimaes cuzqueños en el lugar, más que una deliberada reproducción del entorno del Cuzco. Hemos de recordar que, luego de su triunfo en la guerra con Huáscar, Atahualpa trajo desde Cuzco cuatro mil extranjeros para repoblar la provincia que había sido devastada por la masacre que él mismo dirigiera. En realidad, pocas similitudes tienen Cuzco y Pumapungo: ambos se encuentran en un valle de a dos y tres leguas; y ambos tienen paisajes parecidos regados por ríos o riachuelos. Los toponimos similares son pocos: Huanacauri, Monay, Huataná, y el Chaquichaca del sur de Cuzco que pudiera ser equiparable a nuestro Ingachaca, puente de Gapal. En ambos sitios, al norte de la gran plaza se encontraba el gigantesco templo al dios Huiracocha. El arqueólogo Jaime Idrovo, quien realizó investigaciónes en Pumapungo, enfatiza “la separación establecida entre la ciudad española y la inkaica; la primera localizada con exclusividad en Paucarbamba, y la segunda cuyo núcleo permaneció por largo tiempo relacionado con Pumapungo”. Los españoles no fundaron la ciudad sobre las ruinas de los tambos reales incas, como en Cuzco, pero se llevaron casi todos los sillares incas de Pumapungo para colocarlos en sus nuevos edificios como la Iglesia Mayor, los molinos de Todos Santos y de Cullca, entre otras construcciones importantes de la naciente ciudad de Cuenca. Pumapungo, no tuvo ninguna importancia para los españoles, al punto que la otrora famosa plaza inca fue convertida, en 1558, en ordinarios corrales de ganado con su respectivo matadero. El famoso templo al sol de Tomebamba. El templo del Sol descrito por Cieza de León, que se creía estaba en la supuesta “ciudad de Tomebamba” o sea Pumapungo, no se encuentra allí sino en Hatun Cañar, provincia de Tomebamba (actual Ingapirca). Cieza manifiesta que le informaron los orejones del Cuzco, que eran los más sabios del Imperio, que Tupac Yupanqui fue el fundador del Templo y que se holgaba de estar más tiempo en estos aposentos que en otra parte. El cronista señala además que las piedras del templo “parescian de jaspe” como se puede ver ahora en los los sillares de la elipse: jaspes de diversas formas a manera de manchas oscuras y claras sobre un fondo de tono verdeazulado. Por otro lado, en las paredes de los aposentos estaban “esculpidas ovejas y corderos de lo mismo y aves…” Juan Cueva Jaramillo, quien realizó investigaciones en el complejo de Ingapirca, hacia 1970, efectivamente registró “23 piedras zoomorfas y ornitomorfas” elementos estilizados encontrados tan sólo en Ingapirca y no en otros sitios incas. Así mismo, el cronista refiere que “las portadas de muchos aposentos estaban galanas y muy pintadas”. En 1559, el Cabildo de Cuenca reconoció oficialmente en favor de Gil Ramírez Dávalos las tierras de las estancias llamadas “tambos bermejos” de Hatun Cañar, topónimo que quizá se deba al color de sus paredes. González Suárez también registró paredes de coloración rojiza en 1922. Según Cieza, “las mujeres vírgenes que estaban dedicadas al servicio del templo eran mas de docientas y muy hermosas, naturales de los Cañares”. Quizá suene razonable suponer que, si eran mujeres cañares, éstas habrían usado vajilla propia de filiación Cashaloma. Respaldan lo dicho las excavaciones de Antonio Fresco y un hallazago reportado por Mario Jaramillo en el sector de La Condamine de “algo más de veinte enterramientos, pertenecientes en su mayoría a personas del sexo femenino”. Después de todo, el material arqueológico de Ingapirca, en casi su totalidad, es de filiación Cashaloma. El complejo de Ingapirca era uno de los centros más importantes del Cinchaysuyo. La elipse, espectacular por su forma y dimensiones (34x12x5 m.), es única en todo el incario, ya que las formas redondeadas ocurrían solamente en lugares sagrados de gran prestigio, como el Koricancha de Cuzco, el de Pumapungo (12x6 m.), el complejo de Moray, y el templo de Machu Picchu. El Templo del Sol de Ingapirca, emplazado sobre la elipse, en estratégica posición este-oeste, tenía dos puertas que se abrían a estos puntos cardinales, y una pared medianera con cuatro nichos a cada lado, por donde entraba la luz del sol muy temprano en la mañana y al anochecer. Conforme a los solsticios, la luz se reflejaba diferencialmente en los cuatro nichos de la pared. En cuanto a su ubicación, Cieza señala que “los aposentos de Tomebamba se encuentran asentados á las juntas de dos pequeños ríos en un llano de campaña que tendrá mas de doce leguas de contorno. Es tierra fría…”. El aposento aludido es sin duda Hatun Cañar (Ingapirca), ubicado efectivamente junto a los dos pequeños ríos llamados Silante y Gulanza, en un área grande de doce leguas de contorno (67,2 km.), y que es particularmente fría. Treinta y cinco años después de Cieza, Fray Gaspar de Gallegos corrobora lo dicho por el cronista sobre Hatun Cañar: “ era la principal cabeza destos cañares; y así parece, por que en el día de hoy hay grandes y muy sumtuosos edificios, y entrellos una torre muy fuerte [1582]”. Lo que posteriormente ha sucedido es que gran parte de la información documental sobre Hatun Cañar le ha sido transferida a Pumapungo para crear el mito de la “ciudad de Tomebamba”. Cabello Balboa, Miguel, 1951[1586], Miscelánea Antártica, una historia del Perú antiguo, Univ. Mayor de San Marcos, Lima. Pedro Cieza de León, 2005, Crónica del Perú del señorío de los Incas, 2005, Biblioteca Ayacucho, Caracas. José L. Espinoza, 2008, Tomebamba y el puma, Apachita 14:6-8, Quito. Antonio Fresco, 1984, La arqueología de Ingapirca, Ecuador, Comisión del Castillo de Ingapirca, Cuenca. Lynn Hirsckind, 1995, Cañar Incásico, Universidad Verdad 17:12- 54, Cuenca. Jaime Idrovo Urigüen, 2000, Tomebamba: arqueología e historia de una ciudad imperial, Banco Central del Ecuador, Cuenca. Mario Jaramillo Paredes, 1995, Ingapirca, Universidad Verdad 17:71-80, Cuenca. Dennis Ogburn, 2002, Investigación de las piedras incas ubicadas en la zona de Paquishapa, cantón Saraguro, Loja, Ecuador. Informe al INPC. |
Comentarios
Primero el complejo residencial llamado Pumapungo se extendía desde las ruinas actuales hasta la Iglesia de Todos los Santos.
En las ruinas de Todos los Santos existen, aparte de los Molinos de la hacienda Nuñez de Bonilla, un muro Inca y otro Cañari, el muro Inca aparte de ser un rompecabezas, tiene piedras muy pequeñas como para que los españoles se hubieran interesado en transportarlo (y mucho menos íntegro) desde Pumapungo hasta ahí, eso significa que el muro Inca ya estaba ahí antes de la llegada española.
Como es un muro finamente elaborado debió pertenecer a un templo o palacio. Eso concuerda con lo sostenido por Jacinto Jijón y Caamaño. Él dice que la Iglesia de Todos los Santos fue construída en la época de la fundación de la ciudad, por ello resulta ilógico que habiendo tanto espacio libre edificaran la Iglesia tan lejos de la plaza central, entonces (apoyándose en sus estudios arqueológicos) deduce que la iglesia fue construía sobre un Templo Inca. (Cabe destacar que Jijón y Caamaño hizo esta afirmación muchos años antes de que se descubrieran las ruinas de Todos los Santos).
El acta de fundación de Cuenca dice que se funda la ciudad en el asiento de Paucarbamba, y así mismo se mencionan los tambos que se encuentran a las orillas del río.
Nuevamente eso concuerda con la teoría pues el complejo residencial se extendía desde las actuales ruinas hasta la iglesia de todos los santos siempre manteniéndose a la orilla del río.
Segundo Cuenca ni por su importancia ni por ninguna otra razón fue considerada realmente como Tomebamba.
Exsiten muchos cronistas e historiadores que hablan de una ciudad de Tomebamba y de una provincia de Tomebamba, esa fue la primera gran confusión que se creó. La segunda se da con la descripción de su localización, desde la llegada de los españoles las pobres referencias que dan los cronistas hace que sea imposible determinar donde realmente estuvo. Hay que tener en cuenta que aparte de Cieza de León, ningún otro historiador o cronista visitó territorio Cañari.
Es errado pensar que "por ser importante" se consideraba a Cuenca como la ciudad perdida de Tomebamba, historiadores de la altura de Federico González Suárez, en 1878 dice textualmente:
"Nosotros creemos que Tomebamba estuvo edificada en el valle de Yunguilla... ....Todos ellos nos dicen (cronistas), hablando de Tomebamba, que estaba edificada a la ribera de tres ríos caudalosos y, según Balboa, no había más que un solo puente por donde se podía entrar en la ciudad...
...pero ni la descripción de la ciudad de Tomebamba, que hacen los historiadores antiguos, ni las ruinas o vestigios que han debido conservarse, indican que haya estado Tomebamba donde se halla Cuenca.
Sin embargo, muy bien podemos asegurar que en el sitio donde fue edificada Cuenca hubo algún palacio de los Incas, porque en muchos edificios de la ciudad se encuentran piedras labradas como las que empleaban los Incas en sus edificios; y no es creíble que las hayan ido a traer de muy lejos. "
(Cabe recordar que Pumapungo no se descubrió sino hasta 1922)
Tercero Tomebamba (Pumapungo + Paucarbamba) estaba destruída y abandonada o parcialmente poblada.
Recuerden que Atahualpa no sólo destruyó la ciudad sino que mató a la gran mayoría de sus pobladores (de hecho la masacre se extendió a toda la "provincia") incluyendo sus líderes por ello no hay ningún cacique ni persona de poder que asista a la fundación de Cuenca.
Cieza de León dice:
“está todo repartido de aposentos y depósitos, que estaban hechos de a dos y tres y cuatro leguas, entre los cuales están dos principales, llamado el uno Cañaribamba y el otro Hatun Cañari*1, de donde tomaron los naturales el nombre, y su provincia, de llamarse los Cañares*2”
*1. No menciona a Pumapungo ¿Porqué? Porque estaba tan destruído que no lo vió en su real esplendor, probablemente pasó por ahí pero sólo vió piedras desperdigadas por el piso. Por esa misma razón no fundaron la ciudad de Cuenca sobre el complejo Inca, que sí fue utilizado como cantera.
*2. Que mismo se llamaba Provincia de Tomebamba o Provincia de Cañar ¿?.
Entonces para la llegada de los españoles, Tomebamba estaba destruída y probablemente casí deshabitada, por ello no se fundó ninguna ciudad ahí de inmediato, haciendo que su localización casi se pierda. Los españoles también encuentran Quito destuída pero ¿Porqué fundan la ciudad? Porque Benalcázar tenía la orden por parte de Francisco Pizarro de librar a Quito del poder de Rumiñahui y fundar ahí una ciudad. Sino no hubieran hecho la fundación inmediato probablemente también hubiera desaparecido su verdadera localización.
Además si Tomebamba no fue ciudad mucho menos lo fue Quito, recordemos que Tomebamba estuvo 60 años bajo dominio Inca, mientras que Quito sólo 30 años.
Un viejo adagio dice que “quien calla otorga”, queriendo decir con esto que quien calla da por aceptado lo sostenido por el otro. Este razonamiento me obliga a responder en general a los criterios diversos expresados en este portal a los que respeto mucho porque creo que son parte de la libre expresión y que en democracia tenemos que sobrellevar, pero que por las razones que expongo a continuación, no los comparto.
La investigación sobre Tomebamba, Pumapungo y Hatún Cañar responde a un profundo análisis y estudio basado entre otros documentos claves, las Crónicas de Cieza de León 1553, único cronista español que pasó por el área cañarí y por lo tanto confiable y las Actas de Fundación de Cuenca, cuyos originales se encuentran en el Museo Remigio Crespo T. de Cuenca. Estas fuentes son claras en recalcar que Tomebamba era una provincia, lo que yo he hecho es simplemente tomar esas referencias textuales, a las que pueden acceder todos quienes quisieran hacerlo.
Por otro lado, debo indicarles, que soy un historiador egresado de la Escuela de Filosofía de la Universidad de Cuenca en la especialidad de Historia y Geografía, trabajé catorce años en la Curaduría Arqueológica del Museo del Banco Central de Cuenca y me encuentro trabajando catorce años adicionales en investigaciones de Arqueología Histórica con el Dr. Ross Jamiesson profesor de la universidad estatal Simon Frasser de Canadá, he publicado una veintena de artículos , que son aportes nuevos relacionados con la historia de Cuenca.
Quiero agradecer al portal de Arqueología, la oportunidad para exponer este estudio enmarcado en las normas de la metodología de la investigación científica, ya que el estudio cuenta con hipótesis, aplica metodología y desarrolla argumentos concluyentes que terminan probando que al final del incario Tomebamba no era ciudad, sino una gran provincia dentro de la cual se encontraban cuatro centros incas importantes llamados Hatun Cañar, Pumapungo, Molleturo y Cañaribamba.
Finalmente hemos de preguntarnos todos, ¿cómo es que los historiadores tradicionales dejaron pasar inadvertidas estas dos fuentes importantísimas, en donde todo es muy claro?. Por todo lo dicho, Tomebamba y Pumapungo necesitan ser reinterpretados.
Pido disculpas por no discutir cada uno de los comentarios de este portal que como autor me habría gustado hacerlo; pero que para no polemizar el asunto y ganar tiempo, invito a todos a constatar las referencias de este estudio en la bibliografía básica citada.
José Luis Espinoza E.
Autor del Artículo
El problema es que cuando se habla de ciudad, las personas tienden a imaginarse una mega-ciudad con decenas de miles de habitantes amontonados unos con otros en un espacio relativamente pequeño, ese es un concepto Europeo.
Ciudades como la capital de los Chimues (Chan Chan) puede asemejarse a ese concepto, pero los Incas hacìan ciudades con grandes espacios internos, osea Pumapungo por acà y las casas de los naturales Cañaris a 40m, la laguna sagrada de Totoracocha igualmente relativamente lejos y asì todos los lugares y monumentos, a todo ese conjunto se le considera ciudad.
ESTE ASUNTO ES SIMPLE Y FACIL DE ACLARAR, SI EL ARQUEÓLOGO IDROVO SOSTIENE QUE EXISTE LA CIUDAD DE TOMEBAMBA Y EL HISTORIADOR ESPINOZA ARGUMENTA QUE TOMEBAMBA ERA PROVINCIA, AQUÍ UNO DE LOS DOS FALSEA LA VERDAD. PROBÉMOSLO NOSOTROS MISMOS VERIFICANDO LAS FUENTES Y ARGUMENTOS DE LOS DOS Y SABREMOS QUIÉN NOS ESTÁ MINTIENDO, ASÍ DE SENCILLO Y SIMPLE .DEJEMONOS YA DE CONSULTAR A ORÁCULOS Y SABIOS LO QUE NOSOTROS MISMOS PODEMOS CONSTATAR SÓLO LEYENDO.
SALUTACIONES
Me alegro haber despertado el intéres de los múltiples participantes en el "debate" sobre el tema Tomebamba; sin embargo es una lástima que no se esgriman elementos de carácter científico, sino solamente expresiones que, creo entender, ha provocado mi "arrogancia".
- Cito:
"...desconociendo de que habían otros Cuzcos como Quito, Huanucopamaba, Charcas, como señalan los cronistas."
Los Cronistas señalan Tumipampa como "la segunda Cuzco" y la capital norteña del imperio.
Ademàs, ¿Quito?, Por favor Quito (que no tiene ni una piedra en vestigios incas) tendrìa menos de ciudad de lo que fue Tomebamba, y con que saldrà despuès ¿Con el Reino de Quito y la Dinastìa Duchicela?
El Arqueòlogo Jaime Idrovo a pasado años trabajando y estudiando, las ruinas incas en Cuenca, sus conclusiones son el fruto de esos estudios.
Les invito a leer el editorial del portal, acerca de los problemas deontológicos y arqueológicos que implica el reconocimiento de la plurinacionalidad del Ecuador en la Constitución: arqueo-ecuatoriana.ec/.../..., asi como el artículo "El Reto De La Interculturalidad: Interculturalidad, plurinacionalidad y ciencias sociales en el Ecuador" publicado en los Cuadernos de investigación sobre el mismo tema: revistas.arqueo-ecuatoriana.ec/es/cuadernos-de-investigacion/cuadernos-de-investigacion-8/195-el-reto-de-la-interculturalidad-interculturalidad-plurinacionalidad-y-ciencias-sociales-en-el-ecuador.
Como lo he mencionado en mis comentarios al Editorial actual de nuestro portal, todo el mundo tiene derecho a la palabra. Lo que cada unos deben hacer para estar reconocido en el debate, es presentar de manera lógica y científica las evidencias científicas de lo que avanza (en los foros de nuestro portal, no en estos comentarios, por favor), y leer los textos (y no solamente los comentarios, sino los artículos y libros) de todos antes de pretender tomar posición.
Jaime Idrivo es unos de los mejores especialistas de la región de Cuenca. Con esta afirmación, no quiero decir que el Dr. Idrovo es el único dueño de la verdad, sino que ha pasado muchos años estudiando los vestigios de toda la región y, por lo tanto, tiene una visión mucho más amplia que la mayoría de los demás sobre el Austro prehispánico.
En fin, la arqueología no es una ciencia fácil, y aun con amplia trayectoria en la disciplina y con una solida formación académica, uno puede equivocarse, claro, pero hay que entender que "desde hace siglos, los universitarios se gobiernan entre ellos. Es verdad, esto puede parecer raro. Pero ¿quién evaluará la investigación de los astrónomos, de los físicos, de los médicos, de los psicólogos, los historiadores, de los exegetas, de la princesa de Clèves, etc. sino los demás astrónomos, físicos, médicos, psicólogos, historiadores, exegetas?" (Jean Pierre Dufoyer, Le Monde.fr, Opinions, 04/02/2009).
El Dr. Jaime Idrovo yerra cuando al referirse al tema Tomebamba manifiesta lo siguiente:
Muchas gracias.
Todos somos libres de expresarnos en cualquier tema aunque fuésemos simples aficionados y si estamos bien documentados. Mucho más si se trata de un historiador serio bien informado que tiene citas precisas que todo ciudadano con simple sentido común puede comprobarlas sin ser precisamente inventor sabio o zapatero.
La historia o la etnohistoria tienden a coincidir con la arqueología y por eso es que precisamente la historia dice muchas veces la verdad que no dice la arqueología o viceversa; usualmente ambas suelen ser complementarias.
En todo caso, es recomendable que todos seamos lectores críticos de uno u otro tema para tener criterio propio y no caer en la desinformación que algunos inventores manipulan a su antojo.
Si la verdad fuera absoluta como pudiera pensarse, el conocimiento humano no avanzaría y todo quedaría en primeros enunciados en la oscuridad de los tiempos.
Después de leer el artículo del Sr. Espinoza aparecido en la revista Apachita, y que el portal Arqueología Ecuatoriana reproduce, hubo algunos comentarios adicionales. Tengo sólo algo por añadir:
Cuenca, 15 de noviembre del 2010
Dr. Jaime Idrovo Urigüen
Arqueólogo.
Estoy seguro que uds, se han quedado en los libros y no han visto con sus propios ojos Pumapungo, Las Ruinas de Todos los Santos y las Piedras de la Catedral Antigua.
Digo esto porque las piedras de la catedral antigua no tienen nada que ver con las piedras de Pumapungo, las piedras de la catedral son grandes y pulidas dudo mucho que esas piedras hubieran estado encima de lo que hoy es Pumapungo, ya que los cimientos de Pumapungo nos evidencian que las paredes de este lugar nunca hubieran sido lo suficientemente fuertes para resistir el peso de las piedras de la catedral.
Pasando a Todos los Santos, ahì hay un muro cañari, y una pared de contensiòn Inca, me parece ridìculo pensar que los españoles construyeron ese muro de contensiòn inca, y nuevamente las piedras utilizadas en el molino guardan mucha mas relaciòn con las piedras de la catedral que con Pumapungo.
Luego les invito a que vean en donde està construida la Iglesia de Todos los Santos, nunca en una ciudad española se distribuia el espacio de esa manera, segùn historiadores, la iglesia debiò edificarse sobre un templo o algo parecido, es lo ùnico que explicarìa su inusual lugar dentro de la ciudad.
Si ponen citas de Cronistas deberìan al menos ponerlas completas y no solo las partes que les convienen, para la pròxima hagan algo màs productivo y desmientan el irrefutablemente irreal Reino de Quito y la inexistente tribu Shyri que hasta ahora se sigue enseñando como si fuera algo real.
No digo que Tomebamba haya sido una mega ciudad como el Cuzco, pero si fue una ciudad grande similar a Cajamarca. Ademàs por su regla de 3 entonces me mi imagino que Liribamba no era màs que 2 chozas de adobe con un par de llamas, y ni se diga de Quito que no debiò ser màs que un tambo corriente de los que usaban los chasquis.
Es eso o estàn dolidos porque como ahora ya no pueden hablar dentro de la Historia del Ecuador de la magnificencia de Quito inventada por Juan de Velasco ahora quieren quitar crèdito a todo.
Y si no quieren publicar este comentario haganlo igual no me importa.
- "Tomebamba, Arqueologìa e Historia de una ciudad imperiarl" Dr. Jaime Idrovo Urigûen
- "Apuntes de Arqueologìa Cañar"
Jesùs Arriaga.
- "La Crònica del Perù"
Cienza de Leòn
- "Las Ruinas de Tomebamba"
Max Uhle
- "Turbulent Relations Recast: The mythohistory of the Cañaris and the Inca Empire"
Evan Engwall
Yo tengo una pregunta, en Chobshi, Molleturo y Yacuviñay existen ruinas, mi pregunta es ¿ruinas de que tipo son?
Eran centros residenciales de los curacas o cual función tenían?
Harnando Pablos en 1582 dice que de los 60.000 cañaris de antes de la guerra entre los dos hermanos Guascar y Atahualpa quedaron apenas 3.000. Tiene usted razón, las decenas de miles de soldados llegaban a albergarse a lo largo de la provincia de Tomebamba, no entrarian todos sólo en Pumapungo, o Hatun Cañar Molleturo o Cañaribamba. Cañaris e Incas tenían un patrón de asentamiento rural, de manera que vivian en los campos como hasta ahora con sus respectivos curacas. Los Centros Incas eran muy especiales sólo para la élite. Sobre las cangahuas de Machángara es sólo una ocuarrencia de una profesira del Instituto Kennedy y que no tiene nada que ver culturalmente. Se trata de una roca natural común y corriente como cualquera de las que hay por todas partes.
Espero que queden satisfechjas sus inquietudes.
En 1582, Hernando Pablos un vecino de Cuenca avecinado en Pacha en la Relación de Cuenca manifestaba que antes de la llegada de los españoles hubieron 30.000 cañaris y luego quedaron 3.000. Tiene usted mucha razón en pensar que los miles de gentes, se albergaban a lo largo de toda la provincia de Tomebamba, pues en un sólo centro no habrían entrado todos. Ni cañaris ni incas vivieron en los centros , sino en los campos cons sus respectivos caciques y curacas.
Lo del comentario sonbre el río Machángara, desconozco, pero en todo caso estoy de acuerdo con Ud, de que esas rocas de cangahua no tienen en lo absoluto ningun valor cultural.
José L. Espinoza