Los Ushnus en la administración estatal Inca Imprimir
Escrito por Luis Rodolfo Monteverde Sotil*   
Jueves, 17 de Julio de 2008 19:17

Los ushnus de las zonas altas, ubicados a más de 2000 msnm (i.e. Vilcashuaman en Ayacucho, Usno Moq’o en Apurímac, Pumpu en Junín, Huanuco Pampa, Pueblo Viejo en Ancash, Maucallacta en Arequipa, El Shincal de Quimivil y Aspajango en el NO de Argentina) son generalmente estructuras arquitectónicas de planta ortogonal con plataformas superpuestas (a modo de pirámides truncas) construidas con piedras de estilo inca imperial, unidas sin argamasa, aunque a veces presentan sólo una plataforma alta, o tienen muros de piedra de estilo rústico o pirqueo. La mayoría de ushnos de la zona alta están provistos de una escalinata que conduce a la plataforma superior, donde a veces se observan también vanos de acceso, tianas o asientos relacionados a observaciones astronómicas y pozos o paqchas en donde se vertían las ofrendas líquidas. El ushno de las zonas altas se encuentra a veces ubicado a un lado de la plaza, pero es más común verlo en el centro de la misma; además es fácil detectarlo porque usualmente constituye la estructura de mayor tamaño de un sitio determinado.

En lo que respecta a los ushnus de las zonas bajas o costeras, ubicados a menos de 700 msnm (i.e. los dos Ushnus de Incahuasi en Cañete, Tambo Colorado en Ica, San Juan de Pariachi, La Puruchuca y Huaycan de Pariachi en Lima), estos están generalmente conformados por una sola plataforma de pequeñas o medianas dimensiones, a modo de un bloque sólido e independiente al interior de una plaza. A veces se los encuentra anexados a estructuras arquitectónicas preexistentes a la ocupación incaica del lugar, en cuyo caso el ushnu está ubicado a un lado de la plaza. En la costa, la escalinata ha sido reemplazada por una rampa que conduce hacia la parte superior del ushnu, pero hay casos en que el monumento no presenta escalinata ni rampa. Asimismo algunos ushnus presentan evidencias de banquetas o tianas, y en muchos casos se observan pinturas en sus muros de adobe. Y en cuanto a dimensiones, los ushnus de zona baja son estructuras arquitectónicas de igual o menor tamaño que los demás edificios.

Las funciones atribuidas a los ushnus son muy variadas: trono del Inca, lugar de sacrificios (Capacocha), eje central en la planificación urbana, lugar de observaciones astronómicas, o de control de la producción agrícola (de ahí la realización de ofrendas líquidas), etc. Para nosotros, dentro del aparato estatal incaico, estas funciones han respondido principalmente a propósitos políticos y económicos, orientados a beneficiar la producción agrícola e incrementar la sostenibilidad del Tawantinsuyo. Pero, indudablemente, era el culto a divinidades relacionadas con el control de las aguas, que jugaba papel preponderante en los ritos practicados en los ushnus. De hecho, este culto tiene larga presencia en la religión prehispánica. Por citar algunos dioses, Tunupa tenía atributos relacionados con la lluvia, Illapa enviaba lluvias para asegurar buena cosecha, Pariacaca desataba las lluvias torrenciales que producían los temibles huaycos, Guari ayudaba a los indios con abundantes cosechas y agua para sus acequias, en fin, Q´on o Wiraqochan, el dios inca representado por un personaje sin huesos que cortaba camino a través de las montañas hacia la costa para alimentar al pueblo, era el agua misma de la vida y la agricultura, como lo señala Randall (1987).

En breve, fueron estos dioses, tanto los de amplia tradición de culto en el área precolombina de América del Sur, como los impuestos por los Incas, los que, por medio de ceremonias religiosas de ofrendas líquidas, fueron venerados en los diversos ushnus que se levantaron durante la expansión cuzqueña. Los rituales permitían asegurar el éxito de siembras y cosechas, evitando las lluvias torrenciales, las granizadas, las sequías o desbordes de los ríos, las plagas, etc. Y también, eran manifestaciones visibles de una alianza simbólica y respeto por las tradiciones locales, con fines de control ideológico, administrativo y de propiciación de buen clima. El culto a deidades de épocas precedentes podría haberse suscitado en el contexto de la escasez de tierras de cultivo, como resultado de los sucesos climáticos desastrosos que se dieron al finalizar el periodo conocido como Horizonte Medio, muy probablemente a causa de un fenómeno del Niño.

A través de los ushnus, los dioses podían, simbólicamente, unir los tres mundos (Hanan Pacha, Cay Pacha y Oco Pacha), adquirir en el ushno corporalidad visible a toda la población y fecundar a la Pachamama (madre tierra). El ushnu se convierte así en la estructura arquitectónica que mantenía el equilibrio de los tres mundos verticales de la cosmovisión incaica. Eventualmente, el ushnu adquiere el valor de una huaca, es decir un lugar sagrado, morada del espíritu (o “camaquen”) de los dioses, requiriendo por tanto todo un aparato ritual, que incluía ofrendas y sacrificios. A este respecto, Mario Polia Meconi (1999:109) señala: “dentro del concepto andino de reciprocidad, las huacas deben ser alimentadas, deben recibir dones por parte del hombre para otorgar dones a los hombres”. Estos dones u ofrendas podrían explicar no solamente la realización de las ofrendas líquidas, sino también los restos de cerámica ritual y los restos óseos de algún posible sacrificio que se han hallado en varios ushnus.

Estas ceremonias, a las que estaban obligados a acudir todos los pobladores de un determinado lugar, eran realizadas, de acuerdo con un calendario agrícola, por el propio Inca o por personas especialmente seleccionadas, y tenían como momento culminante la ofrenda líquida, que se vertía al interior del ushnu, utilizando un complejo sistema de absorción y drenaje del agua. Según John Hyslop (1990), los ushnus no eran simples plataformas, sino estructuras relacionadas con un sistema de drenajes vinculado no sólo con el culto al agua, sino también con sacrificios de niños y animales, y la quema de tejidos y ofrendas. Las ofrendas líquidas se hacían en “paqchas” y “cochas”, vasijas especialmente fabricadas para fines rituales. Carrión Cachot (1955) y Matos (1999) señalan que las paqchas tienen un orificio para verter el agua, mientras que las cochas son vasijas cerradas. En el ritual, el líquido gotea sobre la pachamama, de donde justamente deriva el nombre de “paqcha” para la vasija que, incidentalmente, tiene formas variadas, representando chaquitacllas, mazorcas, llamas, etc. En otras palabras, los incas se preocuparon en crear vasijas especiales cuya iconografía estaba relacionada con la fertilidad de la tierra y el ganado.

Por extensión, se podría proponer que, simbólicamente, los ushnus eran a su vez enormes vasijas o paqchas de piedra o adobe, que representaban a las montañas y nevados de donde venían las aguas que daban origen a las lagunas y a los ríos que desembocan en el mar de las partes bajas o costeras. Simbólicamente, los ushnus recibían del Hanan Pacha el agua que se depositaba en el Cay Pacha (para lo cual se construía, dentro de la plataforma superior del ushnu, una cavidad cuyas paredes y piso fueron hechos con piedras). Finalmente, esta agua era bebida o ingerida por el Oco Pacha (para lo cual se construyó un sistema de absorción y drenaje). En este contexto, se podría decir que el antecedente del ushnu como estructura arquitectónica compleja estaría en las pequeñas paqchas de cerámica, madera o piedra, presentes en las diversas culturas preincas. Como las paqchas, los ushnus tenían una entrada y una salida para el agua que se ofrendaba.

La concepción del ushnu como imitación de las montañas y nevados implicaba la adopción de un adecuado diseño que permitiera captar y contener el agua de las lluvias y de las ofrendas líquidas que se vertían en él. Es por ello que presentaban en su interior una cavidad especialmente construida para este propósito. Construido en el mundo del medio, el ushnu tenía también proyecciones hacia arriba y hacia abajo, relacionando así, a través de la arquitectura, los tres mundos de la cosmovisión cuzqueña. Las lluvias o las ofrendas líquidas, venidas del mundo de arriba, se depositaban en el interior de los ushnus (mundo del medio) y eran absorbidas por el sistema de acueductos para así pasar al mundo de abajo y fecundar a la tierra. La construcción de los ushnus, en cada centro administrativo, hizo posible que todo este proceso, explicado oralmente a través de la religión, fuera observable y entendible.

Finalmente, es razonable asumir que la dualidad macho-hembra estaría implícita en los ushnus. El lado masculino estaría representado en la verticalidad de las plataformas superpuestas o de simple bloque que se alzan hacia el Hanan (mundo de arriba), mientras que el femenino lo estaría en las paqchas o vientres simbólicos que están dentro de los ushnus recibiendo el agua proveniente del Hanan. A modo de conclusión, quisiéramos resaltar que, en el aspecto formal, los ushnus presentan marcadas variaciones que se acentúan en las dos zonas que explicamos anteriormente, pero que la función o funciones que pudieron desarrollarse en ellos son las mismas en ambas zonas; y que para nosotros la función principal de los ushnus sería el culto a dioses con atributos sobre las aguas de los nevados, de las lluvias, de los ríos, del mar, etc., en beneficio de la producción agrícola.

Carrion Cachot, Rebeca, 1955, El culto al agua en el antiguo Perú. La paqcha elemento cultural pan andino, Revista del Museo Nacional de Antropología y Arqueología 2(1):96 pp.

Hyslop, John, 1990, Inka settlement planning, University of Texas, Austin.

Matos, Ramiro, 1999, La cerámica Inca. Paqchas y cochas. En Los Incas, Arte y Símbolos, p. 109-165, Colección Arte y Tesoros del Perú del Banco de Crédito del Perú, Lima.

Polia Meconi, Mario, 1999, La cosmovisión religiosa andina en los documentos inéditos del Archivo Romano de la Compañía de Jesús (1581-1752), Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.

Randall, Robert, 1987, Del tiempo y del río: el ciclo de la historia y la energía en la cosmología incaica. Revista del Boletín de Lima 54: 69-95.

*Estudiante de arqueología en la Universidad Nacional Federico Villareal; y de historia del arte en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú.

Última actualización el Jueves, 27 de Agosto de 2009 12:16