Documentos: Lavando Oro en el Oriente Print
Written by Manuel Villavicencio   
Thursday, 17 July 2008 19:43
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El oro lo lavan en arroyos determinados sobre los cuales cada familia parece tener una propiedad esclusiva; pero no sucede lo mismo con respecto a los grandes ríos en los cuales lava todo el partido, i en el río Napo pueden lavar todos los partidos sin distinción de persona. El modo de lavar el oro merece que le consagremos algunos renglones.

Los indios no hacen escavación considerable, ni toman ninguna medida para economizar tiempo i trabajo, sino que todos siguen la costumbre de sus mayores. Las mugeres i muchachos por lo regular se encargan de este trabajo, escarban can las manos, sin ausilio de ningún instrumento, el barranco de donde van a sacar la tierra para lavar, a orilla de un riachuelo; pues si es en el río grande, buscan alguna playa para escarbar la tierra, aflojando i removiendo las piedras grandes para aprovechar de la tierra que se mueve; esta tierra de la escavación la echan en una batea colocada a flor de agua, donde le dan un movimiento de rotación especial de manera que todo desaparece de su fondo con el agua que entra, menos la arenilla y las laminitas de oro, que van recogiendo en un mate, para lavar por mayor cuando hayan recojido bastante cantidad; pero, sin embargo, les queda mucha arena, i para quitar esta lo tuestan en unos platitos de barro i tan luego como está bien seco, comienzan a soplar el arena sobre una hoja lisa a fin de tomar alguna lámina en caso de saIir con el soplo, pero son tan diestros, que solo sacan el arenilla con el soplo y movimiento que dan al platito.
Fuera de este modo empleado para lavar oro, hay otro más estraño, que prueba la riqueza de Ios ríos y la destreza de los indios: para esta operación se ponen enteramente desnudos i donde el río es más correntoso, con el agua hasta la cintura, sacan en su batea la tierra del fondo, lo que aun que parece mui sencillo, no lo es, si se atiende a la fuerza que lleva la corriente.

Otras veces en los recodos más profundos del río zabullen con una piedra en la espalda, i la dejan al fondo trayendo en cambio una batea llena de tierra donde se halla algunas pepitas gruesas de oro. De este modo es como estraen el oro i hallan pepitas que pesan desde medio castellano hasta ocho, pues el que sacan en las playas por medio del lavado, siempre es oro menudo en laminitas más o menos grandes.

Da compasión ver a los indios resistir en las playas de los ríos las nubes de mosquitos que los persiguen, sin que elIos hagan mucho caso de estos molestosos enemigos: desde luego es de reparar que la piel de los indios que tienen este ejercicio es áspera y dura, de modo que parece la de un elefante con manchones blancos y azulejos, porque, dicho sea de paso, casi todos ellos son algo overos. A causa de este mismo ejercicio tienen encalladas las puntas de los dedos en los cuales apenas se notan asomos de uñas, durante el tiempo del trabajo.

Tomado de Manuel Villavicencio, 1858, Geografía de la República del Ecuador, pp. 381-382. Robert Craighead, New York (hay edición facsimilar publicada en 1984 por la Corporación Editora Nacional, Quito).
Last Updated on Thursday, 27 August 2009 12:14