La Population Indigène de Cañar Imprimer
Écrit par Lynn Hirschkind   
Vendredi, 04 Janvier 2008 20:18

D'où viennent les indigènes de Cañar? De cet endroit même, de toute évidence. Les Cañaris eux-mêmes l'affirment, le sens commun le ratifie, et le consensus académique le présume. En outre, le discours des "temps immémoriaux", "traditions millénaires" et "pratiques ancestrales", prend pour acquise, sans la remettre en question, l'existence d'une population et d'une culture cañaris installées dans le midi équatorien. Cependant, les ancêtres des indigènes de Cañar sont venus de maints endroits de l'ancien empire inca, depuis ce qui est aujourd'hui Cochapamba (Bolivie) jusqu'à Pasto (Colombie), et depuis l'est des Andes. En toute logique, la culture "cañari" actuelle recouvre les contributions de tous ces intégrants, en plus de l'influence puissante des Espagnols.

Qui étaient les habitants de la sierra du Centre-sud de l'Équateur actuel, avant l'arrivée des Incas? La région de Azuay, Cañar, ainsi que des franges de Loja, El Oro et Chimborazo comprend quatre bassins hydrographiques principaux, ayant chacun un spectre ample de microclimats. Ces bassins sont celui du Cañar, du Tomebamaba, du Paute, et du Jubones, La population pré-inca s'organisait en chefferies locales, plus ou moins en harmonie entre elles dans leur propre bassin, et plus ou moins irascibles avec celles des bassins voisins. Elles parlaient la même langue, partageaient une culture, une technologie et des pratiques de subsistence, et entretenaient entre elles d'intenses réseaux d'échange. Mais chaque chefferie fonctionnait de façon indépendante en relation aux autres; il n'y avait pas une autorité, une loi, ou un pouvoir politique au-dessus du chef local. Il faut conclure qu'il n'y avait pas de nation native dans cette région avant les Incas.

La llegada de los Incas fue el motivo para que estos cacicazgos se unieran, lo que, de hecho, produjo un grupo “cañari”. Si los jefes nativos no querían someterse inmediatamente al ejército inca, tenían que aliarse para formar un frente común. Lo hicieron y lucharon contra la conquista y ocupación incas, sin éxito. Desde entonces hasta que se acabó la conquista española, los Cañaris engañaron y traicionaron cuanto pudieron al proyecto imperial y colonizador de los Incas. Los Incas impusieron las estructuras políticas, económicas e ideológicas que, a partir de las anárquicas comunidades locales, formaron un ente “cañar”, al que incluso le pusieron nombre. Cuando los españoles derribaron a los Incas, sustituyeron al Inca por el Rey, y a los administradores y sub-jefes nativos por encomenderos y curas. Sin embargo, ratificaron las categorías étnicas de sus antecesores. En otras palabras, continuaron con las políticas que crearon y apoyaron la existencia de los “Cañaris” y así aseguraron la sobrevivencia de esta idea hasta el presente.

¿Quienes son los “Cañaris”? Los cacicazgos, agrupados bajo la denominación “Cañar” por los Incas, se opusieron al dominio foráneo antes y después de ser conquistados. Los Incas manejaron hábilmente este tipo de problema con la política de mitimáes, o el intercambio de poblaciones a larga distancia, con empleo garantizado. Entonces mandaron más o menos 50% de los Cañaris al exterior y asentaron comunidades de inmigrantes en su lugar. Muchos de los habitantes nuevos eran cuzqueños, quienes debían dar ejemplo de buenas costumbres, enseñar el idioma quechua y demostrar su cultura civilizada.

En el conflicto entre Atahualpa y Huascar, sobre la sucesión al cargo de Inca, los Cañaris dieron su apoyo al cuzqueño Huascar. Por desgracia, su candidato resultó perdedor y tuvieron que aguantar la ira y venganza de Atahualpa triunfante. Según la crónica de Pedro Cieza de León (1547), la masacre de Cañaris fue tan brutal que sobrevivió sólo un hombre por cada cinco mujeres. Todo esto pasó antes que Pizarro desembarcara en Tumbes. En resumen, hasta aquí, para 1533, la población indígena de Cañar era un mosaico étnico compuesto por los Incas, según sus intereses. Y esta población estaba deformada y disminuida a causa de la guerra interna, aún en marcha cuando se asomaron los españoles. Tan pronto supieron del nuevo participante en el campo político-militar, tres jefes cañaris bajaron a Tumbes para ofrecerle su alianza, siempre con el afán de desterrar a los odiados Incas. En este plan, y por todos los años de conquista y las sucesivas insurrecciones y peleas entre españoles, los Cañaris anduvieron por todo el ex-imperio inca en calidad de guías, cargadores, soldados y brazos derechos, en general, de los españoles. No se sabe cuántos regresaron a Cañar.

En los primeros cien años de la llegada de los europeos, las epidemias de viruela, sarampión, influenza y otras enfermedades mataron al 90% de los indígenas americanos. Como efectos secundarios, las epidemias trajeron desilusión, descomposición y expulsión de las comunidades indígenas. A lo largo de la Colonia, Cañar sufrió repetidas olas epidémicas con la respectiva disminución y dispersión de sus habitantes. Por la misma razón, indígenas de otros lados llegaron en busca de refugio. Total, hasta el siglo XIX, la situación demográfica seguía alborotada.

A pesar de las políticas establecidas, las reglas coloniales inducían en la práctica el movimiento migratorio entre los indígenas. En efecto, como “forastero”, un indígena podía evadir tributos, contribuciones, mitas, y otros servicios forzados que normalmente caían sobre los “originarios”. Como emigrante anónimo, un indígena podía cambiar de categoría, identidad, origen, y pasado para así ganar alguna ventaja social, fiscal, o legal. Esta lógica se revela en la correspondencia, los trámites, los procesos jurídicos y las medidas administrativas coloniales. Ahí se puede ver una preocupación masiva y frustrada por controlar o siquiera conocer la residencia, estado civil, ocupación, tributación, y estado moral de los indígenas. Ninguna autoridad logró detener el movimiento de los indígenas, quienes
buscaban salvarse, escapar de situaciones imposibles, o mejorar sus condiciones de cualquier manera.

El resultado acumulativo de estos procesos -la expulsión y circulación entre poblaciones indígenas, y especificamente de los “Cañaris”-, es un mestizaje tanto biológico como socio-cultural. Es más probable que el indígena cañari del presente tenga más ancestros del Perú que de Cañar. Una investigación de los orígenes étnicos de los apellidos indígenas 0en Cañar revela una mayoría quechua cuzqueña, seguida por Puruhuáes, Panzaleos, Paltas, Chachapoyas, y nativos “cañaris”. Desafortunadamente, se sabe muy poco de los Cañaris pre-Incas, ya que ni los Incas ni los españoles tuvieron mucho empeño en conocer y mantener la cultura “cañari”. Por otro lado, los propios indígenas no estaban en condiciones de mantener y recrear su cultura.

La migración voluntaria o imprevista, las epidemias, los inmigrantes, y un montón de reglas, requisitos y obligaciones, promovieron la dispersión de los Cañaris, o de quienes habitaban las tierras de Cañar y Azuay hasta Loja y El Oro. La pérdida de su idioma, que para el siglo XVII ya no se oyó más, representa un hito terminal de la cultura autóctona. Sólo quedaron topónimos, antropónimos y algunos nombres de plantas y animales. El conjunto de inmigrantes indígenas, mestizos, y españoles forjó la nacionalidad cañari de hoy. La identidad étnica responde al presente y es totalmente moderna, aunque se vista de “tiempos inmemoriales”. Los Cañaris de hoy han creado un modo de vivir, a base de la riqueza cultural de sus contribuyentes. Desde 1470 hasta ahora, todos los desafíos e imposiciones religiosos, económicos, cosmológicos, epidemiológicos, biológicos, políticos, etc. están invulcrados en su autocreación.

[Resumen de: History of the Indian Population of Cañar, Colonial Latin American Historical Review, 1995, 4(3):311-342].

Mise à jour le Jeudi, 27 Août 2009 10:39